La Razón (1ª Edición)

Los Tribunales multan a la DGT

► Recurrir hasta llegar a la vía contencios­o administra­tiva destapa la «mala fe» del organismo en la tramitació­n de sanciones

- Pedro Javaloyes Dvuelta

LasLas Administra­ciones son muy suyas, aunque sean nuestras, de los ciuda-danos, ciuda-danos, y la línea entre servir a la gente o servirse de ella es ya inso-portableme­nte inso-portableme­nte fina: somos sujetos de recau-dación. recau-dación. La medalla de plata en esto, la DGT (la de oro es para Hacienda), ha abusado de su potestad sancionado­ra hasta que se ha topado, muy a su pesar, con un constante aluvión de condenas en costas impuestas por los Tribunales de Justicia hasta alcanzar ni-veles ni-veles que alcanzan el 90% de los casos en que el conductor demanda al organismo.

La condena en costas en procedimie­ntos contencios­o administra­tivos era una rara avis hasta los albores del año 2000, pero se vieron propiciada­s por un cambio legislativ­o de 1998 que casi coincidió cuando la DGT desbordó el vaso del abuso de su poder ejecutivo (de embargar cuentas) y puso por delante de cualquier cosa la recaudació­n, y así empeza-ron empeza-ron a lloverle las condenas: por su resistenci­a a atender sus obligacion­es en las resolucion­es que, en vía administra­tiva, emite por los re-cursos re-cursos de los conductore­s. Es decir, por ne-garse ne-garse a admitir, como es su obligación legal, que no siempre actúa conforme a lo que la ley dicta, establece y determina.

Ese embudo que se auto otorgó la DGT a la hora de examinar los recursos (desestimac­ión casi sistemátic­a) le ha servido para esquivar aquellos aspectos del proceso sancionado­r que le resultaban más incómodos o engorro-sos, engorro-sos, que son aquellos que se refieren a sus obligacion­es a la hora de multar: la DGT siem-pre siem-pre ha considerad­o un incordio tener que notificar correctame­nte o mantener los rada-res rada-res operativos conforme a ley, por poner dos ejemplos significat­ivos, porque son tareas (obligatori­as) que entorpecen el avance de la maquinaria recaudator­ia. Un fastidio para la DGT.

Los jueces no pasan una, y en estas dos cuestiones, más que en ninguna otra, los Tri-bunales Tri-bunales de Justicia «mojan la oreja» día sí y día también a los de Pere Navarro, y les obliga no solo a devolver el importe de las multas y la restitució­n de los puntos del permiso, si fuera el caso, sino también a pagar las costas judiciales, es decir, el dinero que el conductor tuvo que gastarse para defenderse de una multa injusta que debió ser anulada en el ámbito extrajudic­ial.

¡Ay, los radares!

Pere Navarro «ama» los radares; por las noches, noches, cuando los demás contamos ovejas, Pere, para conciliar el sueño, cuenta los flashazos flashazos de los cinemómetr­os. El director de la cosa circulator­ia ha creado un sistema de recaudació­n altamente sofisticad­o y automatiza­do automatiza­do en el que las multas se ponen solas, solas, se notifican incorrecta­mente la mayoría de las veces y además, toma directamen­te el dinero de la cuenta del conductor, sin que este, en gran parte de los casos, sepa que unos meses atrás había cometido supuestame­nte supuestame­nte un exceso de velocidad. Con este idílico panorama para la DGT ¿para qué se van a molestar en cumplir con su parte? Porque Porque las mismas leyes que nos obligan a cumplir cumplir las normas de tráfico obligan a la DGT a respetar los derechos de los conductore­s a través de la observanci­a de una serie de normas, normas, procedimie­ntos, exigencias y obligacion­es; obligacion­es; para la DGT constituye un incordio inasumible inasumible en su ansia recaudador­a: porque si hiciera las cosas conforme a la ley, la caja sonaría sonaría bastante poco. Una lata. Y así, pasito a pasito, vamos llegando a los Tribunales, que sacan los colores a la DGT por no hacer lo que tiene obligación de hacer.

Por ejemplo, señalizar correctame­nte la existencia de un radar. Una juez de Murcia condenó condenó la pasada primavera primavera a la Jefatura Provincial de Tráfico por no acreditar acreditar la existencia de la limitación limitación de velocidad de 80 km/h a partir de la cual sancionaba con multas a todos los conductore­s cazados por un radar fijo situado en plena autovía A-30. «Porque yo lo valgo». Si no hay señal ¿cómo respetar una limitación de velocidad inferior a la genérica de la vía?

O ¿sabías que con determinad­os tipos de radar, la DGT tiene la obligación de remitir al denunciado dos fotografía­s del momento de la infracción? Lógicament­e, dos fotografía­s de dos momentos diferentes, en dos puntos distintos, no una foto recortada de la original que es lo que, muy cucos, hacen en la DGT. También ha tenido que venir un juez a poner orden: el Juzgado de lo Contencios­o Administra­tivo

La DGT también tiene que cumplir sus obligacion­es legales

Administra­tivo Nº 5 de Córdoba anuló una multa captada por un radar fijo de la DGT por «no existir dos fotografía­s tomadas en diferentes instantes», un procedimie­nto que rara vez efectúa Tráfico y que, por ello, condena también también a este organismo a pagar las costas del juicio. Suma y sigue.

Y no hablemos de lo engorroso que les resulta resulta a los de Pere Navarro tener en perfecto orden de funcionami­ento y revisión los componente­s componente­s de los radares; porque esos sistemas tienen su «ITV» específica, igual que los vehículos, vehículos, sin cuya exitosa inspección no pueden pueden circular… ¡Quia! ¡Reglamenti­smos superfluos! superfluos! Y aquí tenemos otra sentencia: el Juzgado de lo Contencios­o-administra­tivo nº5 de Madrid estimó un recurso para anular por completo una multa de 300 euros y 2 puntos del carné de conducir a un conductor que fue captado captado por un radar en julio de 2020. El motivo fue que la cabina del cinemómetr­o cinemómetr­o no había pasado su pertinente revisión. revisión. También con condena en costas. El que crea que desde la propia Administra­ción esto vaya a mejorar se equivoca, en mi opinión. opinión. Los ciudadanos solo tenemos una opción: opción: acudir a un tercero independie­nte, un juez, para defender nuestros derechos. Porque, Porque, poco a poco, somos legión los que hemos conseguido que los Tribunales aperciban con severidad allí donde más le duele a las administra­ciones: administra­ciones: en los ingresos por multas.

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EFE Varias sentencias han dado la razón a los conductore­s sancionado­s

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