La Razón (1ª Edición)

La guerra mundial del agua

- Cristina L. Schlichtin­g

LaLa noticia no es la sequía, la noticia es la guerra. Envenenami­ento de acuíferos, traslados de población, quema de cultivos: quitarle al otro lo que yo necesito. Cambia el clima y cabría pensar que los seres humanos usan la inteligenc­ia para adaptarse, pero en realidad lo que ocurre es que usan la fuerza para quedarse con el agua disponible. Con la elevación de las temperatur­as de los mares y la escasez de lluvias los esfuerzos deberían estar en sustituir las plantas de alto consumo hídrico por especies ascéticas adaptadas, racionaliz­arlos consumos y repartir con obras de ingeniería el agua que haya. Pues no. Aloque nos dedicamos esa discutiry ponernos zancadilla­s. también en Doña na.

Las marismas afrontan la peor sequía desde 1970 y sus acuíferos subterráne­os dan síntomas de cansancio. el problema es que una zona que antes daba olivas, grano y otros productos de secano es ahora el epicentro de una riquísima industria de fresas y frutos rojos. Hay una colisión de intereses y habría que intentar deslindarl­os. Por ejemplo, determinar qué productore­s tienen derechos adquiridos y cuáles son ilegales. O establecer si un trasvase de los ríos Tinto y Odiel podría paliar el uso del acuífero de Doñana. O buscar terrenos para los frutos rojos en nuevas zonas de España y ayudar a los empresario­s que traen empleo y producción.

Pero nada de eso se estudiará, abandonen toda esperanza. La garantía para que un problema se gangrene es meter el asunto en campaña electoral. ¿Cómo van a arreglarse PP y PSOE si ambos concurren alas elecciones en ciernes? Los socialista­s han pillado el «cacho» del ecologismo y no solo les interesa para la campaña en Huelva y Sevilla, es que les sirve genial para representa­r las posiciones «verdes» en toda España. Los populares se deben al empleo y a los agricultor­es, porque están gobernando en la Junta y se les exigen cuentas.

Ahora llega una carta de Moreno Bonilla a Sánchez proponiend­o soluciones ¿alguien duda de que lo que más interesa al Gobierno es precisamen­te el follón? No veremos avance alguno. La campaña de la fresa avanzará y cultivador­es y ecologista­s padecerán conjuntame­nte una escasez de agua que perjudica por igual a los animales del parque y a las produccion­es de frutos rojos.

Las administra­ciones ponen el énfasis en que la solución sería el empleo de aguas superficia­les. El trasvase de 5 hectómetro­s cúbicos dela cuenca de los ríos tinto, o di el y Piedras. El académico Emilio Custodio explica, sin embargo –y con él parte de la comunidad científica–que el agua trasvasada cambiaría el frágil equilibrio hídrico de la parte protegida .« lo peor que se puede hacer –asegura– es meter agua y, con ella, más fósforo y nutrientes en zonas sensibles, la marisma se podría eutrofizar. La cuestión no es tener más agua, sino agua adecuada». Desde el Instituto Geológico explican también: «Si se hace un aporte de aguas ácidas sería contraprod­ucente».

No hay solución fácil. los regantes del condado defiende n la legalizaci­ón de 800 hectáreas que se quedaron fuera del llamado« plan de la Fresa» de 2014. Por esa línea va la propuesta actual de PP, Vox y Ciudadanos. Incluye también cerrar los pozos ilegales. Recienteme­nte se han clausurado cuatrocien­tos, pero son solo la mitad de los que se calcula están repartidos por todo el parque natural.

El 80% de la agricultur­a de huelva está concentrad­a en esta zona. Hay muchísimo miedo a la repercusió­n económica de esta crisis. El fruto rojo viaja por todo el mundo y, si empiezan a boicotearl­o los ecologista­s, el consumidor europeo no distinguir­á entre el fruto legal y el ilegal. Por esolas organizaci­ones con ser vacio ni st as reclamanal gobierno andaluz que deje caer la actual iniciativa parlamenta­ria y negocie alternativ­as. Pero ¿qué alternativ­as si el Gobierno central no abre ni el correo?

La garantía de que un asunto se gangrene es meterlo en campaña

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