La Razón (1ª Edición)

Un caza ruso bombardea por error su propia región de Belgorod

► El Ejército de Rusia vuelve a atacar Kyiv con drones «kamikaze» tras casi un mes

- Rostyslav Averchuk.

La capital de Ucrania fue atacada ayer por primera vez en semanas con Rusia intensific­ando una vez más sus lanzamient­os masivos de drones «kamikaze», suministra­dos por Irán, contra objetivos en toda Ucrania. En total, 12 drones apuntaron a Kyiv, así como a las regiones de Vinnytsia y Poltava. Ocho de ellos fueron derribados por la defensa aérea, mientras que varios drones lograron alcanzar objetos de infraestru­ctura civil en otras dos regiones.

El Ejército de Ucrania sugirió que los ataques condroness ere novaron después de que un nuevo lote de drones llegara a Rusia de uno de sus pocos aliados, Irán, aunque las autoridade­s de este último continúan negando su participac­ión. Otra ciudad grande ucraniana, Odesa, fue atacada el miércoles. Una alarma aérea sonó en toda Ucrania por la noche. Un Mig-31k ruso, capaz de transporta­r misiles balísticos «Kinzhal», que el Ejército ucraniano no es capaz de derribar, despegó de un aeródromo en Rusia. Los ataques con aviones no tripulados siguieron de inmediato, con Moscú esperando que la oscuridad dificulte que las defensas aéreas móviles ucranianas los destruyan.

Después de sobrevivir meses a los ataques con misiles y aviones no tripulados de Rusia, la capital de Ucrania ahora se considera relativame­nte bien protegida, con defensas aéreas modernas, que neutraliza­n la mayoría de las amenazas entrantes. Sin embargo, el país necesita más sistemas, incluidos aquellos capaces de derribar algunos tipos de misiles que Rusia ha estado empleando para atacar áreas de primera línea y objetos de infraestru­ctura en todo el país. A principios de esta semana, varios sistemas Patriot llegaron a Ucrania, proporcion­ados por los EE UU, Países Bajos y Alemania.

Sin embargo, esta vez, las explosione­s no solo se escucharon en Ucrania. Una gran bomba de aviación explotó en la ciudad rusa de Belgorod, a unos 30 km de la frontera frontera con Ucrania, dejando un cráter de 40 metros de ancho justo al lado de una carretera transitada y bloques residencia­les. Dos personas resultaron heridas, mientras que las ventanas volaron y un automóvil fue arrojado sobre un edificio cercano por la onda expansiva.

La bomba cayó supuestame­nte por error desde un avión bombardero ruso Su-34, informó el ministerio de Defensa ruso. Presuntame­nte, el avión se dirigía a sus objetivos en la vecina región ucraniana de Járkiv, según un blog militar propagandí­stico ruso.

El martes, una bomba similar mató a dos personas, una pareja de un hombre de 50 años y una mujer de 44 años en Vovchansk, en Járkiv cuando golpeó una zona residencia­l central y destruyó su casa, así como gran parte del mercado local. Últimament­e, Rusia ha utilizado bombas deslizante­s, lanza das desde territorio ruso para apuntar a las ciudades de Ucrania, modernizan­do las antiguas bombas de la era soviética. Cada día, Rusia lanza de 10 a 15 bombas de este tipo, cada una de las cuales pesa entre 500 y 1.500 kg contra las regiones de Jerson, Jarkiv, Sumy y Chernigiv, así como en Donbás.

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EFE Vehículos dañados tras el bombardeo ruso de la región de Belgorod

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