La sequía amenaza la cesta de la compra y su precio
► La falta de lluvia asfixia ya al 60% del campo español y genera pérdidas en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano
Una pandemia, la guerra en Ucrania, la inflación disparada y ahora la sequía. El sector agroalimentario lleva varios años caminando en la delgada línea que separa la supervivencia de la ruina. Ahora, la falta de lluvia es su enemigo más peligroso y también el de los consumidores. Según un informe de situación realizado por COAG, la sequía asfixia ya al 60% del campo español y produce pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano. Muchas cosechas no podrán salir adelante, lo que hundirá la oferta e impactará en los precios.
Andrés Góngora, miembro de la ejecutiva de COAG, advierte del sombrío panorama al que se enfrenta el sector. A excepción del norte de España, no hay previsión de lluvias para el resto del territorio. Esto no solo afectará a las cosechas que deberían recolectarse ahora, sino que también impedirá sembrar las de verano. «Es un problema serio. Se para el sector», alerta. Se dan prácticamente por perdidas las cosechas de cereales de secano (trigo y cebada) en Andalucía, Extremadura, Castilla-la Mancha y Murcia y en las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla y León. Los cultivos leñosos como frutos secos o viñedos de secano también han tenido serios problemas de brotación y la situación del olivar puede complicarse si no hay precipitaciones en las próximas semanas. De hecho, Góngora asume que los frutos secos de secano que se cultivan en Murcia, Almería, Granada y Jaén se van a perder, aunque alguna variedad tardía podría salvarse.
En el regadío también preocupan las restricciones en la dotación de agua. «Las concesiones se están dando a cuentagotas. En toda la Confederación del Guadalquivir solo se puede realizar el 12% del riego habitual. Las cosechas van a estar muy por debajo de lo normal porque no se ha podido regar todo lo posible», explica. Esta situación está golpeando especialmente a los cítricos y las frutas de hueso como el melocotón, la nectarina, el albaricoque y la cereza.
Asimismo, mermarán con toda seguridad las siembras hortícolas y las de verano como el brócoli, la coliflor, el tomate, las zanahorias, las sandías y los melones entre otros, y muchos agricultores también optarán por reducir la superficie de maíz, girasol, arroz y algodón. Las legumbres se encuentran igualmente en una situación crítica. Pero los riesgos para las cosechas no solo se limitan a la primavera y el verano. Los árboles necesitan ya riego para poder tener producción en la próxima campaña y están peligrando cultivos
La reunión de la Mesa de la Sequía acabó sin medidas ni ayudas concretas para el campo
de invierno como la remolacha, los ajos y las cebollas.
La ganadería extensiva, principalmente la cabaña ovina y caprina, es otra gran perjudicada por la sequía. Si no llueve no hay pastos para poder alimentar a los animales y esto obliga a que los ganaderos tengan que recurrir a la compra de piensos y forrajes. Además, como ese pienso se fabrica con cereales y en España no están creciendo, no queda otro remedio que importarlo, lo que dispara su precio. Por ejemplo, la alfalfa, que es el forraje más usado en la ganadería intensiva, cuesta ya 40 céntimos el kilo, el triple de lo normal. En consecuencia, «ya se están sacrificando muchas cabezas de ganado», explica Góngora, y algunas explotaciones incluso podrían verse abocadas a cerrar. Una situación muy similar es la que atraviesan los apicultores, cuyas abejas no pueden producir miel por la falta de vegetación y floración.
El sector agroalimentario prefiere no aventurarse a hacer predicciones sobre cómo afectará esta situación a los precios, pero espera que los consumidores no experimenten nuevas subidas. Góngora considera que «no estaría justificado que los precios subiesen otra vez con la excusa de la sequía», ya que acumulan varios meses encareciéndose en los supermercados. Por su parte, el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, reconoce que la sequía introduce una gran incertidumbre en la evolución de los precios, pero cree que habrá que ver qué ocurre producto por producto. Por el momento, Agricultura no ha reaccionado con la contundencia necesaria. La reunión de la Mesa de la Sequía celebrada el 19 de abril acabó sin soluciones concretas para el campo, que reclama ayudas directas e inmediatas.