Scurati, inmerso en los últimos delirios de Mussolini
► El escritor culmina su magno trabajo biográfico sobre el líder italiano relatando las ilusiones que albergaba sobre doblegar e influir en Hitler
Escribir la novela de Europa, la gran novela europea y centrada, principalmente, en las dos guerras mundiales, es una tarea titánica que solo muy pocos escritores se animan a hacer. Primero, porque el tema no deja de resultar complejo, y, segundo, porque requiere mucho trabajo y esfuerzo. Antonio Scurati es uno de esos pocos. Después de haber escenificado los años de entreguerras en novelas como «M. El hijo del siglo», ganadora del Premio Strega 2019, y «M. El hombre de la providencia», el escritor italiano (Nápoles, 1969) se centra ahora, en el volumen final de su trilogía, en el período que va de 1938 a 1940.
Así, «M. Los últimos días de Europa» comienza precisamente el 3 de mayo de 1938 y en la estación de Ostiense, donde Mussolini, junto con Vittorio Emanuele III y el ministro de Asuntos Exteriores, espera el convoy en el que viajan Hitler y sus jerarcas, que piensan hacer una visita que incluye ciudades como Roma, Florencia y Nápoles. No son tiempos fáciles. Hitler acaba de anexar Austria a Alemania y espera contar con el apoyo del «Duce» para su programa de pureza racial. Pero «M. Los últimos días de Europa» no es una narración al uso ni una novela histórica, porque Scurati logra combinar con destreza la investigación con el ensayo, la ficción con el relato, y la Historia con mayúsculas con la historia cotidiana en un libro total.
Pesadillas y pasiones
Scurati prefiere no detenerse en la interpretación histórica ni en los grandes hechos, sino que opta por entrometerse en las vidas de los personajes que rodeaban a Mussolini. Aparecen así las ambiciones de su ministro de Asuntos Exteriores, las noches a la intemperie de su esposa Edda e incluso las pesadillas y pasiones amorosas que despertaban en el «Duce» su joven amante Claretta Petacci, además de la frustración y amargura de Renzo Ravenna, jefe de la artillería fascista que es obligado a renunciar bajo amenazas. Obra potente e hipnótica, es un cierre excelente para una trilogía que muestra el principio del fin de una época que, no obstante, aún permanece en nuestros días.
▲ Lo mejor
La feliz combinación de escenas cotidianas con los personajes históricos
▼ Lo peor
No hay puntos cuestionables en esta obra que tiene una vocación de totalidad