Sánchez hizo bien en espiar
SiSi no fuese perverso, ca-bría ca-bría pasarlo muy bien con el espectáculo de Pedro Sánchez fabri-cándose fabri-cándose una tela de araña en la que se enreda solito. Fue él quien en octubre de 2017 apoyó a Ma-riano Ma-riano Rajoy en la aplicación del 155 en Cataluña, para parar el golpe de Estado de Carles Puigdemont. Fue él quien pro-metió pro-metió que traería al fugado de Waterloo a España, para que fuese juzgado. Y fue él quien au-torizó au-torizó el espionaje de Pere Ara-gonès Ara-gonès que solicitaba el CNI, entre otras cosas porque Esque-rra Esque-rra Republicana de Cataluña apoyaba y alentaba pública-mente pública-mente a los CDR y a Tsunami Democratic.
Pedro Sánchez ha dado un cambiazo absoluto. Ahora son socios de legislatura aquellos que en su momento condenó y persiguió. Claro, el follón en el que se ha metido es monumen-tal. monumen-tal. Tiene un pacto con los que espió, tiene que traer a España libre al que «condenó al exilio» e impedir que el juez García Cas-tellón Cas-tellón califique de terrorismo los delitos que en su día él mismo consideraba terroristas. Me pre-gunto pre-gunto cuánto puede durar esto.
Es verdad que está dispuesto a pagar compensaciones de todo tipo para seguir en el Go-bierno, Go-bierno, y a mentir calificando de bueno lo que antes tipificó de malo, pero es que para ello tiene que desmontar y acallar todo el mecanismo de defensa del sis-tema sis-tema institucional que se alzó en 2017 contra el «procés». Me re-fiero re-fiero a los jueces, las leyes, los cuerpos de seguridad del Estado y la opinión pública.
En los cuerpos de Policía hay indignación ante el hecho de que se amnistíe a los que han dejado inválidos a compañeros, por ejemplo los que se enfrenta-ron enfrenta-ron a los CDR en Urquinaona. Entre los magistrados y jueces hay perplejidad doble. Por un lado, por una amnistía que la Constitución no permite. En segundo segundo lugar, por la inclusión en la amnistía de delitos de terrorismo terrorismo de «baja intensidad» (los que no hayan causado violaciones graves de derechos humanos).
Me pregunto, finalmente, si la opinión va a comprarle a Sánchez Sánchez el relato tramposo. Parece que la mayor parte del socialismo socialismo está en ello. Que se lo digan a García-page. Pero, ¿y el resto? Mañana está convocada una manifestación al respecto a las 12:00 horas en Plaza de España y tengo verdadera curiosidad por ver si hay asistencia o la resignación resignación ha cubierto con su manto la indignación inicial por la injusticia.
No sé, desde luego, el espectáculo espectáculo de traición y cinismo es sobrecogedor. sobrecogedor. Durante los días previos al referendo, las organizaciones organizaciones políticas llamaron a participar en los CDR. La lista de los convocantes incluye no solo a la «Candidatura de Unidad Popular Popular », « Endavant », « Arran», «Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes», «Coordinadora «Coordinadora Obrera Sindical», « Asamblea Asamblea Nacional Catalana» o a «Omnium Cultural», sino a ERC y el entorno de Puigdemont.
La Audiencia Nacional ha demostrado demostrado que los CDR reportaban reportaban de manera precisa y constante constante al expresidente, incluso en Waterloo. Puigdemont dirigía el «procés» y el «procés» fue el escenario escenario de numerosas acciones terroristas. Y si algo sabemos en España, es qué es terrorismo. A saber, una acción organizada y jerarquizada para subvertir el orden constitucional, presionar a las autoridades y aterrorizar a la población con el empleo de la fuerza. Decir ahora que el juez García Castellón «no puede culpar culpar a Puigdemont de que un francés muriese por accidente en el aeropuerto del Prat» es pretender pretender borrarnos de la memoria las agresiones físicas a los agentes agentes que impidieron la votación ilegal, a los policías en Urquinaona, Urquinaona, a los que custodiaban la central central policial de Vía Layetana ¿Acaso no lo vimos todos? El problema no lo tenemos nosotros nosotros ni lo tiene el sistema, ni siquiera siquiera lo tienen los independentistas, independentistas, el problema lo tiene el presidente.