Mercurio en el atún: la amenaza sigue latente
► La contaminación no ha dejado de crecer desde 1971. La legislación para evitarla tarda décadas en notarse en el mar
En 1956, un grupo de científicos de Japón pudo por fin identificar la razón por la que algunos habitantes habitantes de la bahía de Mimamata estaban estaban muriendo tras sufrir una extraña extraña enfermedad no reconocida.
Los pacientes perdían movilidad, movilidad, sufrían convulsiones y padecían padecían varios desórdenes neurológicos neurológicos graves. La culpa la tenía el mercurio. Más concretamente, un subproducto de este metal, el metilmercurio, metilmercurio, que llevaban probablemente probablemente décadas absorbiendo a través del pescado y de las aguas que consumían.
Mimamata se levantaba al lado de una empresa de producción química que vertía sus aguas tóxicas tóxicas a la bahía. Desde entonces, la ciudad es famosa por dar nombre a la enfermedad por intoxicación de mercurio más grave y al convenio convenio de 2017, que obliga a todos los estados firmantes a reducir la producción producción y vertido tóxico de mercurio mercurio que pueda impactar en la calidad calidad de las aguas y de los pescados extraídos de los mares.
Pero el mercurio no ha dejado de ser una amenaza. Una investigación investigación reciente ha arrojado una sorpresa inesperada. A pesar de la definición de la toxicidad en los años 50 del siglo pasado, a pesar de la firma de un convenio internacional internacional para reducir sus efectos, los niveles de mercurio en el pescado que consumimos no han dejado de crecer desde 1971. Sobre todo, los hallados en el atún.
El atún es uno de los pescados más capturados en el mundo. Se trata de una rica fuente de proteínas proteínas y de ácidos grasos como el Omega-3, muy beneficiosos para la salud. Pero también es una de las especies más susceptibles de acumular grandes cantidades de mercurio a partir de la ingesta de peces más pequeños y crustáceos que han sido contaminados.
Más de 3.000 muestras
La nueva investigación, publicada en « ACS Environmental Science Letters», ha recopilado datos de análisis de laboratorios desde 1971 y los ha contrastado con mediciones mediciones actuales realizadas por los propios autores del trabajo.
En concreto, se han medido los niveles de metilmercurio hallados en más de 3.000 muestras de tejido
El metilmercurio es un elemento tóxico muy conocido y está muy controlado desde hace 50 años
muscular de atunes capturados en el Pacífico, el Atlántico y el Índico.
Las especies más analizadas han sido el atún de aleta amarilla («yellowfin»), («yellowfin»), barrilete («skipkack») y patudo («big eye»). Entre estas tres se completa el 94% de las capturas globales de este animal. La peculiaridad peculiaridad de estas especies es que se trata de peces que no migran entre océanos, de manera que las cantidades cantidades de mercurio que han absorbido absorbido corresponden a contaminación contaminación en su propia región nativa.
Tras comparar las mediciones entre diferentes décadas y distintas regiones los autores han detectado que las concentraciones de metal tóxico han permanecido estables desde 1971 exceptuando un aumento aumento considerable en el Pacífico durante la década de los 90.
Lo más sorprendente es que, en este periodo, las concentraciones de mercurio transportado por el aire han descendido drásticamente. drásticamente. Este dato sugiere que las medidas medidas internacionales para reducir las emisiones de mercurio han funcionado, pero su efecto tarda décadas en notarse en el mar.
En las profundidades
Probablemente los peces sigan sufriendo contaminación legada de la cadena trófica o de espacios contaminados durante décadas en las profundidades oceánicas, que siguen aportando metilmercurio metilmercurio a las áreas donde los atunes suelen alimentarse.
El metilmercurio es un elemento elemento tóxico muy conocido. Actividades Actividades como la minería o la quema de carbón producen grandes cantidades cantidades de este residuo que ahora está más controlado que hace 50 años. Su efecto sobre los tejidos y el sistema sistema nervioso de animales y seres humanos está bien documentado. El principal riesgo para la salud humana lo padecen los bebés y las mujeres embarazadas.
La Agencia Española de Consumo, Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición Nutrición recomienda el consumo de pescado varias veces por semana por sus efectos beneficiosos. Del mismo modo, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) Alimentaria) declara que, a pesar de la posible posible exposición al mercurio, el pescado aporta suficientes ventajas, ventajas, aunque recomienda limitar el uso de especies de alto contenido en mercurio en niños y mujeres gestantes, a quienes pide evitar el consumo de pez espada, tiburón, atún rojo y lucio. La legislación europea europea es estricta en cuanto a los niveles máximos permitidos en el pescado que se comercializa.
No se recomienda a bebés y embarazadas consumir especies con alto contenido en mercurio