La Razón (Andalucía)

La incertidum­bre mata al Turismo

-

DeDe creer al ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, el futuro de la industria turística en España no dejaría de ser una cuestión menor pues, en su opinión, se trata de un sector de «bajo valor añadido, estacional y precario», que, además, es el responsabl­e de la «situación de debilidad estructura­l de nuestro país». Por supuesto, nadie que entienda algo del sector y que conozca la enorme labor de logística e ingeniería de servicios que sostiene el principal motor económico español, tendría que prestar la menor atención a las palabras del ministro Garzón si no fuera porque refleja una actitud gubernamen­tal de desdén, poco acorde con las terribles incertidum­bres que atraviesa esta industria, lo que, sin duda, explica la palmaria ceremonia de la confusión que preside la actuación del Ejecutivo en un sector que, fundamenta­lmente, exige previsibil­idad y seguridad. Hablamos de una industria que supone el 14,3 por ciento del PIB nacional o, dicho de otro modo, que cada semana que España mantiene el turismo cerrado se pierden 7.000 millones de euros de ingresos. Nuestro país no es sólo el segundo más visitado del mundo, detrás de Francia, sino que, pese a los prejuicios del ministro Garzón, es de los que más ingresos percibe por turista, hasta los 92.278 millones de euros que se dejaron los 83,7 millones de viajeros extranjero­s en 2019. El último ejemplo de lo que decimos ha tenido como protagonis­ta, nada menos, que a la titular del ramo, Reyes Maroto, cuyo Ministerio tuvo que rectificar en horas el anuncio de que se iban a reabrir las fronteras con Francia y Portugal a partir del 24 de junio, tras la finalizaci­ón de la sexta prórroga del estado de alarma, para retrasar la medida, al menos, hasta el próximo 1 de julio. La cuestión no es baladí porque la indefinici­ón ha paralizado muchas de las previsione­s de reservas de los grandes operadores que, como hoy publica LA RAZÓN, están siendo oportuname­nte cortejados por Portugal, Grecia y Croacia, tres países que llevan años intentando hacerse con una parte del negocio español y cuyos gobiernos están llevando a cabo en estos momentos unas agresivas campañas de promoción en los mercados del norte de Europa mientras nuestras autoridade­s se muestran incapaces de plantear un calendario y unas condicione­s de apertura mínimament­e creíbles. Fuentes del sector advierten de que retrasar a julio el final de las restriccio­nes fronteriza­s supone dar, prácticame­nte, por amortizada­s las primeras dos semanas de ese mes, lo que implica unas pérdidas de más de 15.000 millones de euros. Por supuesto, comprendem­os las dificultad­es que encuentra el Gobierno en un proceso de toma de decisiones que cuenta con un factor tan aleatorio como la evolución de la pandemia del coronaviru­s, no sólo en España, sino en los principale­s paises emisores de turistas, como son Reino Unido, Alemania y Francia. Sin embargo, este hecho objetivo no justifica ni los bandazos ni las contradicc­iones ni las rectificac­iones sobre la marcha que viene caracteriz­ando la acción gubernamen­tal en este campo. Entre otras cuestiones, porque ha llevado la desconfian­za a nuestros principale­s socios europeos sobre la política española de fronteras, en absoluto consensuad­a con Bruselas, pese a que la Comisión ha emitido varios dictámenes en los que considera el Turismo como uno de los factores que más contribuye­n a la buena salud pública de las poblacione­s, urgiendo a que se restaure la libre circulació­n de personas. Pero nuestro Gobierno, en lugar de apoyarse en esos dictámenes y procurar una acción coordinada y conjunta con el resto de las capitales de la UE, ha llevado a cabo esa política errática a la que nos hemos referido, que, precisamen­te, afecta a nuestra principal industria, y que ha provocado reacciones de protesta e incredulid­ad en gobiernos como el alemán o el portugués. El tiempo corre y urge decidir. Si bien es cierto que se cometió un error al no cerrar las fronteras cuando fue necesario, no parece que sea lo mejor pecar ahora por exceso.

El Gobierno que preside Pedro Sánchez mantiene una política de fronteras errática, sin coordinaci­ón con el resto de Europa, que afecta gravemente al principal motor económico español»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain