Causas justas en tiempos de incertidumbre
Los estadounidenses, blancos y negros, parecían deseosos de salir a la calle, de dar rienda suelta a la frustración del encierro por la pandemia y por la desastrosa gestión de su inefable presidente y, desde luego, la Policía de Mineápolis les ha servido el motivo en bandeja. Washington DC, capital del imperio, fue ayer el escenario de la mayor manifestación contra el racismo y la brutalidad policial en décadas. La muerte, terrible, del afroamericano George Floyd por asfixia el pasado 25 de mayo ha encendido una chispa que ahora se dirige directamente contra la Presidencia de Donald Trump a solo cinco meses de las elecciones. Esta marea liderada por el movimiento Black Lives Matter recuerda a la que provocó el «caso Weinstein». En aquella ocasión, fueron el abuso y el acoso contra las mujeres los que alumbraron la plataforma #Metoo. Una ola de reivindicaciones feministas que, igual que esta, trascendió las fronteras americanas, recorrió el mundo entero y se tornó en una tendencia global. Pero, ¿es que ahora hay más racismo que antes y las mujeres estamos más victimizadas que nunca? La respuesta a esas preguntas probablemente sea negativa. Sin embargo, el tiempo parece propicio. El ser humano está ávido, quizá este mes más que el anterior, de ponerse detrás de una pancarta que, a simple vista, no sea dudosa. Una causa justa en la que no haya grises, que se merezca todos nuestros desvelos y todos nuestros tuits. En tiempos de zozobra las certidumbres y la seguridad vienen de los lugares más insospechados.