Manifestación histórica en EE UU contra el abuso policial
Marea en Washington Bajo el lema «Black Lives Matter» -la vida de los negros importacientos de miles de personas marchan por las calles aclamando «justicia y paz»
La capital de EE UU amanecía el sábado con la silenciosa calma previa a una larga e intensa jornada histórica. Los preparativos de la que se esperaba fuera la manifestación más multitudinaria en protesta por la muerte del afroamericano George Floyd en Mineápolis diez días antes sellaron las principales calles de la ciudad, con poca presencia policial durante el día y bajo un ambiente festivo y de gran expectación.
El recorrido daba comienzo en la recién inaugurada avenida, bautizada en honor al nombre del movimiento, «Black Lives Matter», una de las arterias de entrada y salida de la ciudad por la calle 16 del noroeste y que ahora desemboca en la puerta principal de la Casa Blanca. Otros de los puntos de partida tenían lugar en uno de los edificios del Senado, junto al Capitolio de Estados Unidos. Hasta seis convocatorias distintas en diversos puntos de la ciudad con cientos de miles de personas caminando a lo largo del extenso paseo de los museos, poniendo punto y final a la marcha frente al emblemático monumento de Abraham Lincoln, pero no a la causa y todavía menos a la esperanza puesta en marcha de un camino que ya no tiene vuelta atrás.
Al grito de «Sin justicia no hay paz», lema de la multitudinaria marcha en Washington, cientos de pancartas paseaban de la mano de los manifestantes, con los frases más repetidas: «Las vidas de los negros importan» o «No puedo respirar», emulando las últimas palabras de George Floyd antes de morir asfixiado por la Policía. Así recorrieron familias al completo, amigos, mucha gente joven y personas de todo de perfil, raza, procedencia y religión, llegados llegados a la capital de diversos estados del país a la marcha contra el racismo más multitudinaria que se recuerda desde la muerte de Martin Luther King en 1968.
Bajo un intenso calor de 33 grados de temperatura, cientos de voluntarios participaban también repartiendo, en cada esquina y de manera gratuita, agua fresca, refrescos y tentempiés para los asistentes. La familia Smith al completo, con sus tres hijos menores de edad, condujo toda la noche desde Carolina del Norte con neveras portátiles que hoy llenaban de refrescos para repartir en la esquina de la 17, a cinco calles de la residencia presidencial. Un grupo de amigos de los suburbios de Washington vendía camisetas de todos los colores con el lema de la marcha y un residente de Philadelphia amenizaba la fiesta callejera con su música soul.
El movimiento global comenzó en 2013 «con el fin de erradicar la supremacía blanca y construir el poder local para intervenir en la violencia infligida en las comunidades negras», como define su página oficial. Una de las primera actuaciones la llevaron a cabo con el uso del popularizado hashtag #BlackLivesMatter tras la absolución del policía cuyo disparo mató al adolescente afroamericano Trayvon Martin.
La organización, nacida en Estados Unidos pero con presencia también en Reino Unido y Canadá, ganó reconocimiento con las protestas por la muerte de otros dos jóvenes de raza negra en 2014: Michael Brown y Eric Garner, dando lugar a las protestas y disturbios raciales en Ferguson (Misuri) y en Nueva York, respectivamente. Lo cierto es que no se recuerda que un movimiento social haya tenido tanta fuerza e impacto en tan poco tiempo.