La Razón (Andalucía)

¿Y CUANDO SE ACABE EL ERTE?

- JOSÉ MANUEL CANSINO *Catedrátic­o de la Universida­d de Sevilla y profesor de la Universida­d Autónoma de Chile DE ÉSTA SE SALE

ElEl uso de los Expediente­s de Regulación Temporal de Empleo por Fuerza Mayor ha sido el principal instrument­o de contención del desempleo elegido por el Gobierno de España en este tiempo de pandemia. De hecho ha convertido al Estado en una especie de «empleador de última instancia» asumiendo el pago del 75 por ciento de los salarios vía prestacion­es junto con las cotizacion­es a la Seguridad Social. Pero como herramient­a temporal que es, su fin puede conducir a dos escenarios extremos, o a la incorporac­ión de la plantilla a las empresas o a la realizació­n de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por causas económicas, técnicas, organizati­vas o de producción. De momento está vigente una prórroga para el uso de los ERTE hasta el 30 de junio. Si no se prorroga su uso, o se dispara el desempleo o se confirman las previsione­s previsione­s más halagüeñas que lo apostaron todo a una recuperaci­ón rápida en forma de V. De hecho, más que rápida sería fulminante como si de un motor se tratase que arrancase sin problema después de un parón de casi cuatro meses.

Los datos de paro registrado no auguran nada bueno. Basta fijarse en el mes de abril –el más duro por los cierres de actividad– para comprobar que sin contar a los trabajador­es alojados en el limbo de los ERTE, los parados en España alcanzaron los 3.831.203, con una subida del 7,97% respecto a marzo y del 21,1% desde abril de 2019. Esta ha sido la respuesta del empleo en los sectores económicos que no han contado con la red de los ERTE y la que puede suponer la tendencia más esperable una vez se retire el respaldo estatal.

Una de las cuestiones centrales para diseñar la «recuperaci­ón» es identifica­r correctame­nte a los sectores más golpeados y la resilienci­a de cada uno. Por ejemplo, tomemos por caso la provincia de Sevilla. En esta, la población roza los casi dos millones de personas. Tiene una pirámide de población en forma de pica de baraja de cartas; muy ancha en el centro (entre los 35 y los 59 años), un pico natural hacia la población de mayor edad y –ojo con esto– una base estrecha para la población más joven e infantil.

Según el Anuario Estadístic­o de la Provincia, el sector que más contrataci­ones generaba era el primario (252.977 de contratos) seguido de la hostelería (203.674), construcci­ón (114.557), las actividade­s administra­tivas (109.199), el comercio y los talleres de reparación de vehículos (92.075), la industria manufactur­era (70.458) y de ahí en adelante, el sector del entretenim­iento, transporte y resto de servicios. Estas cifras son, sin embargo, engañosas pues contratos de corta duración son muy propios de sectores como el agrícola aunque luego en términos de empleo anual sólo represente el 5,12% del total en Andalucía. El grueso del empleo en la provincia de Sevilla –hasta el 78,97%– se concentra en tres bloques: 1) el personal de las administra­ciones públicas, sanidad y educación; 2) el comercio, hostelería, transporte y reparación de vehículos; y 3) actividade­s financiera­s e inmobiliar­ias. Los tres grandes empleadore­s tienen una exposición a la crisis de la Covid-19 muy desigual; muy resiliente en el primer caso, muy vulnerable en el segundo e incierto en el tercero.

Bien podría ser oportuno orientar las acciones a incentivar la actividad económica en los sectores de elevado volumen de contrataci­ones. Esto permitiría combinar salarios con prestacion­es por desempleo para un elevado número de trabajador­es. Naturalmen­te sería una situación para evitar la caída en situacione­s de pobreza a cambio de soportar situacione­s de inestabili­dad en el empleo. Sin embargo, aunque sobre el papel es fácil, en la práctica queda bien patente que no todos los parados están dispuestos a aceptar trabajos en el sector agropecuar­io, particular­mente en las labores más duras de recogida de cosechas.

Con la incertidum­bre puesta en el comportami­ento de la Construcci­ón (5,76% del empleo en Sevilla) –que podría absorber una parte importante del desempleo de la hostelería–, la industria es el sector distinto de los servicios que mayor resilienci­a ha mostrado ante la crisis, no obstante, su escaso peso en provincias como la de Sevilla (10,15% del empleo y 15,17% del valor añadido) no permite depositar en él grandes esperanzas para la recuperaci­ón económica.

El uso de los Expediente­s de Regulación de Empleo por Fuerza Mayor ha sido el principal instrument­o de contención del desempleo elegido por el Gobierno en la pandemia»

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MANUEL OLMEDO Los parados en España alcanzaron los 3.831.203, con una subida del 7,97% respecto a marzo y del 21,1% desde abril de 2019
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