Iglesias suprime requisitos para el Ingreso Mínimo
La Seguridad Social se oponía para no hacer de la prestación un «coladero»
El absoluto colapso en la tramitación del Ingreso Mínimo Vital se solventará por la vía rápida. Como no hay recursos para revisar todos los requisitos solicitados hasta ahora ni tiempo para cruzar los datos entre administraciones, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha decidido suprimir algunos. Ya no hará falta, por ejemplo, estar inscrito en los servicios públicos de empleo con anterioridad a la solicitud del IMV. Se elimina así una de las medidas más restrictivas, que evitaba que esta nueva prestación se convierta en un coladero, y se impone la tesis de Iglesias sobre la del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
El también titular de Inclusión ya había sido objetivo de las críticas de Iglesias por la meticulosidad en la evaluación para la concesión de esta nueva prestación de carácter permanente, que está retrasando la transferencia de las ayudas y provocando un atasco monumental, según denuncian los propios funcionarios. Los ataques a Escrivá llegan por fuego amigo y ex amigo. Ayer mismo, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, acusó a Escrivá de «escurrir el bulto» y retrasar su comparecencia para responder a las preguntas populares.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya anunció la pasada semana unos «retoques normativos» para ampliar el plazo de respuesta a las solicitudes del IMV, que empezaban a caducar desde el pasado martes por silencio administrativo. La presión obligó a alargar los plazos de respuesta para no dejar el limbo a más medio millón de solicitudes. En concreto, 570.000 demandas, según los propios datos del Ejecutivo, aunque el PP afirma que hay 700.000 solicitudes atascadas.
Pero esos «retoques» solo servían para ganar tiempo. Iglesias quería desatascar el proyecto estrella del «ala morada» del Ejecutivo a toda costa y para ello era necesario relajar los requisitos. Según dijo en la mañana de ayer el líder de Podemos, se trataba de resolver las «deficiencias técnicas». Iglesias reconoció en TVE que el IMV se aprobó deprisa –por su culpa, sobre todo–. Ante esta situación, ha trabajado con Escrivá Escrivá para «acelerar los trámites» y acabar con el «cuello de botella».
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, avanzó que con estas medidas, además de extender el periodo de retroactividad del 15 de septiembre al 31 de diciembre y de ampliar el plazo para resolver y notificar estas solicitudes hasta seis meses, garantizando la tramitación de todas las peticiones recibidas, se «elimina el requisito previo de estar inscrito en los Servicios Públicos de Empleo y se amplía dicha inscripción obligatoria hasta los seis meses siguientes al reconocimiento de esta prestación. Además, se automatiza «el cruce de datos de la administración con los beneficiarios que están en poder del padrón para eliminar un trámite que complica el proceso y se facilita que los beneficiarios actuales de ingresos mínimos en las regiones pasen a ser beneficiarios del nuevo IMV.
El Gobierno relaja las condiciones para solventar por la vía rápida el colapso en la tramitación, con 570.000 casos atascados