«EL OBJETIVO DE ESTA REUNIÓN ES ESCUCHAR...»
EnEn primer lugar, hay que decir que la frase no la pronunció verbalmente, sino que está extraída de un comunicado, que viene siendo la manera más exacta que tiene de expresarse, hasta ahora, el ministro de Universidades. Algunos dicen que le han oído hablar, que obviamente domina la palabra – es un prestigioso sociólogo–, aunque donde él se muestra más elocuente y claro es en el silencio. Como la música, ninguna nota sonaría con todo su significado si no hubiera silencio, que no es más que tiempo. Pues tiempo, mucho tiempo, es lo que el ministro de Universidades, Manuel Castells, se toma para afrontar temas que a él le pueden resultar menores, pero no al común de los universitarios españoles –nada que ver con el de los campus americanos que conoce tan bien–, como las clases presenciales y, sobre todo, los exámenes, el covid y el frío. Ayer mantuvo una reunión virtual con los representantes estudiantiles del Consejo de Estudiantes Universitarios para tratar estos asuntos, un medio en el que él se siente cómodo porque, como podía verse en la imagen en la cuenta de Twitter del Ministerio, estaba en su casa, mientras exige a los estudiantes que, en determinadas materias, la evaluación sea presencial. Él mismo ha reconocido que no se siente cómodo como ministro, que incluso no es él, se supone que porque debe guardar unas mínimas formas, pero bastaría con que se expresase y transmitiese con claridad lo que le gustaría que fuera la universidad española. Que suba a la tribuna del Congreso, que pida comparecer, y lo explique. Todo el mundo lo agradecerá. De ahí que lo malinterpretaran cuando vino a decir que el modelo de universidad con el que sueña es el de Berkeley, donde es profesor desde hace muchos años. Es loable que sus aspiraciones sean ambiciosas en esta materia, pero también convendría que explicase cómo se puede llegar a ese nivel: que un catedrático tenga un salariomediodeentre 160.000y200.000 dólares al año, mientras que en España es de entre 80.000 y 90.000. El precio de la matricula anual es de 43.000 dólares. Explíquese, ministro, por favor.