La UE aprueba la vacuna de AstraZeneca tras acorralarla
El laboratorio AstraZeneca aceptó ayer publicar su contrato firmado con la Comisión Europea sobre el suministro de vacunas a los Veintisiete, pero tal y como ha sucedido con la publicación del convenio de Curevac, la compañía tan sólo ha accedido a una versión censurada que oculta el precio por dosis y también el calendario de entregas. El text mutilado, sin embargo, deja bastante claro que la empresa farmacéutica, tal y como había alegado Bruselas, tiene la obligación de poner a disposición de los socios europeos las vacunas fabricadas en sus plantas en Reino Unido.
En plena batalla por saber quién miente o dice la verdad, la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) dio ayer su visto bueno a la comercialización de este antídoto para mayores de 18 años. Esta vacuna es la tercera que ha recibido la luz verde de las autoridades europeas después de los antídotos desarrollados por Pfizer y Moderna. A pesar de que el organismo alemán de supervisión de vacunas había recomendado que no fuera inyectada a mayores de 65 años, debido al reducido número de ensayos clínicos en esta franja de edad, la EMA considera que sí puede suministrarse a estas personas.
La compañía siempre ha mantenido que nunca suscribió un La Comisión Europea hace pública una versión censurada del contrato con la farmacéutica, por el que ésta queda obligada a enviar dosis desde sus fábricas de Reino Unido
La semana pasada el laboratorio anunció una brecha del 75% de las dosis, inaceptable para las autoridades comunitarias
compromiso detallado sobre el número de dosis y fechas de recepción, sino tan sólo una cláusula general sobre la necesidad de que el ritmo producción fuera lo más rápido posible. En el contrato desvelado el día de ayer aparece un calendario de suministro de las dosis, con números y fechas. Este recuadro de la página 40 aparece completamente tachado, pero existe.
Es cierto que el texto especifica que el número de las dosis comprometidas es «aproximado». Aquí cobra sentido el principio de que el laboratorio está obligado a «los mayores esfuerzos razonables» para cumplir estos objetivos, que aparece más de una docena de veces en el texto. Los expertos legales del Ejecutivo comunitario explican que esta expresión se utiliza para recalcar que el laboratorio no es responsable de la producción de vacunas en aspectos que escapan a su voluntad si, por ejemplo, el antídoto no recibe la autorización de las autoridades europeas. Hay que recordar que este contrato fue firmado hace meses, cuando había menos datos sobre si AstreZeneca iba a ser capaz de desarrollar una vacuna efectiva y segura. Según la versión de Bruselas, en el mes de diciembre el laboratorio ya comunicó un ligero desfase respecto a los objetivos pactados, pero fue la semana pasada cuando AstraZeneca anunció una brecha del 75% de las dosis establecidas. Una situación inaceptable para las autoridades comunitarias y que conculca de manera clara el contrato. El ejecutivo comunitario sospecha que el laboratorio está priorizando el suministro al otro lado del Canal de la Mancha, ya que este país ha pactado un precio más elevado por las dosis. La farmacéutica, sin embargo, mantiene que, desgraciadamente, están teniendo problemas en la fábrica situada en Bélgica, la que debe proveer de dosis a los países europeos. Ante las dudas sobre esta versión de los hechos, las autoridades del país han realizado una inspección en la fábrica, pero no se han hecho públicas las conclusiones.
Bruselas niega todos estos argumentos. Asegura que en el contrato firmado se estipula que el laboratorio va a poder mantener sus promesas de producción, gracias al empleo de sus cuatro plantas (dos en territorio británico, una en Bélgica y otra en Alemania). El texto desvelado ayer ampara esta versión de las autoridades comunitarias. En la página 11 se detalla que AstraZeneca debe utilizar sus fábricas en la UE, que en este caso particular incluyen a las de Reino Unido.
AstraZeneca también recuerda que el convenio con Londres fue suscrito antes, lo que explica que en Reino Unido no estén sufriendo estos problemas en el reparto. Bruselas, sin embargo, sostiene que no tiene nada que ver cuándo se firmó el contrato con la capacidad para cumplir las metas pactadas. Como dijo la comisaria Stella Kyriakides, ese principio puede ser válido en la «carnicería del barrio», no en este tipo de acuerdos. El texto parece dar la razón a la comisaria chipriota. En la página 23, se especifica que el laboratorio no tiene ningún tipo de obligación «contractual o de otro tipo» con cualquier persona o parte tercera implicada que le impida el cumplimiento de este contrato sobre las dosis iniciales comprometidas.
A pesar de esta contienda y de las declaraciones de los últimos días, Bruselas sigue tendiendo la mano al laboratorio para llegar a un acuerdo que solucione este retraso en el suministro.