Absuelven a Cifuentes por falta de pruebas en el caso del máster
Absuelven a Cifuentes y condenan a la exasesora de la Consejería de Educación
«Las sospechas legítimas que pudieran existir no se han convertido en prueba suficiente para justificar» una condena
La Audiencia de Madrid absolvió ayer –dos años y medio después de que fuese imputada, en junio de 2018– a la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes del haber inducido a falsificar su acta del máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) en el curso 2011/2012. La Fiscalía, que decidirá en los próximos días si recurre su absolución –la URJC ya lo ha descartado–, pedía para ella una condena de tres años y tres meses de cárcel, pena que sí se le ha impuesto a la exasesora de la Consejería de Educación y entonces funcionaria en excedencia de la citada universidad María Teresa Feito, mientras que a Cecilia Rosado, autora material confesa de la falsificación se le impone un año y medio de prisión a aplicarle la atenuante de colaboración con la Justicia y de actuar bajo miedo insuperable.
En relación con Cristina Cifuentes, los magistrados no albergan dudas de que no se ha acreditado nada de la acusación que pesaba sobre ella, aunque, eso sí, critica muy duramente su actuación como alumna, a la vez que se pone de manifiesto las no pocas «irregularidades» que se registraron en el curso: «Nada se ha probado sobre que impulsara, sugiriera o presionara para la falsificación del documento en cuestión –el acta final del máster, incluido la nota del TFM– . El hecho de exhibir públicamente la copia del documento que recibió del rector, no es más que un indicio, no corroborado por otros. Las sospechas legítimas que pudieran existir, no se han convertido en prueba suficiente para justificar la responsabilidad de Cristina Cifuentes».
De esta forma, incide el tribunal al respecto, «ni consta la presión inductora, ni el dominio del hecho, por lo que no se le puede imputar el delito» de falsedad.
En esta línea, los magistrados destacan que no se ha probado en modo alguno ninguna intervención de Cifuentes en la falsificación de su acta. Y, de hecho, ni Cecilia Rosado, autora confesa del hecho, ni María Teresa Feíto, «han señalado haber mantenido contacto alguno» con ella, con su oficina o gabinete; al igual que tamnpoco lo hicieron los asistentes a la reunión que se produjo en el despacho del rector, a la que asistieron dos vicerrectores, el fallecido Enrique Álvarez-Conde y Teresa Feito para preparar la rueda de prensa después de que se publicaran las primeras noticias sobre las irregularidades del acta de Cifuentes.
El Tribunal no entra en si Cifuentes defendió o no el TFM si defendió o no el TFM, pero en todo caso si se hubiese producido «hubiera sido en extremo inexplicable, pues en el año 2012» figuraba como «no presentada» en la asignatura que impartía el profesor Chico de la Cámara, «calificación que fue corregida de forma irregular, en el año 2014» para sustituirla por «notable», la misma nota que figuraba en el acta de TFM.
En cambio, la conclusión a la que llega el Tribunal es radicalmente opuesta respecto a María Teresa Feito: llevó a cabo una «actuación relevante, tanto en la necesidad de crear el acta, a sabiendas de que esta no existía, como en la presión ejercida sobre Cecilia Rosado», de forma «insistente y agobiante», mediante llamadas y mensajes sms al teléfono personal de Rosado, hasta en 15 ocasiones, «indicándole que aquella situación debería quedar resuelta como fuere». Dada la fuerte jerarquía existente entre ella y el Catedrático Álvarez-Conde y «el temor de las posibles consecuencias negativas para su trabajo» falsificó el acta siguiendo «las indicaciones recibidas».
Por este motivo, la Sala llega a la conclusión de que Feito indujo de forma clara a Cecilia Rosado para que modificase el acta de TFM de Cristina Cifuentes, lo que determinado su condena.