El irlandés que sabía demasiado
Dirección y guión: Julien Temple. Producción: Johnny Depp. Música: Ian Neil. Fotografía: Steve Organ. Estados Unidos y Gran Bretaña, 2020.
Duración: 124 min. Documental.
A lo largo de su fructífera carrera como documentalista y director de videoclips, Julien Temple ha filmado una furibunda, empática crónica de la escena musical británica desde los años setenta. A los Sex Pistols, The Clash y Madness, entre muchos otros, se les añade ahora The Pogues, liderados por ese Yeats desdentado, con cabeza ovoide y un ramillete de cervezas en la mano –empezó a beber a los cinco años– que es Shane MacGowan. Temple cuenta aquí la historia de un superviviente, y por eso no tarda ni un segundo en mostrarnos que la electricidad narcótica de MacGowan en los escenarios es ahora una sombra de lo que fue, un hombre balbuceante en una silla de ruedas que, pese a todo, conserva una lucidez de hierro. Nadie se atreve a juzgar al bardo irlandés, no hay moral que pueda con él, y eso es fantástico. Si MacGowan ha sobrevivido a sus adicciones no es por una pulsión autodestructiva sino por un ansia inagotable de vivir la vida. Este crítico tiene la impresión de que las decisiones formales de Temple, que atiborran el plano, pretenden corresponder a la pasión abigarrada por la vida de su biografiado. Temple rellena de tanto material su recorrido que es inevitable que roce la autoindulgencia; le sobran bromas privadas y desvíos que aligerarían el retrato de un artista que ríe como un perro pulgoso y preferiría estar en otra parte que respondiendo preguntas sobre su pasado.