Políticos fake
Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo, dijo Abraham Lincoln y resume perfectamente el devenir de la izquierda que se ha instalado en España y que ahora quiere conquistar Madrid. Son políticos con tan poca personalidad y tan baja categoría que son un fake en si mismos.
Da igual cómo se apelliden, Sánchez, Gabilondo, García o Iglesias, son mentirosos patológicos desde que se levantan hasta que se acuestan. No entiendo esto de la mitomanía compulsiva, cuando dicen frases que empiezan por «nunca haría», «jamás dejaría», «no habrá» y así continuamente, porque se han instalado en ese bucle que cuando les oyes, que es distinto a escuchar, ya que esta última acción es voluntaria, te entra un mal cuerpo, una angustia y una ansiedad de tal magnitud que empiezas a sentir las réplicas del terremoto que se avecina.
Qué fácil es hablar de subir los impuestos para alguien como Pablo Iglesias que siempre ha tenido sueldos públicos o cuando no lo han sido siempre se ha puesto en entredicho su procedencia, para alguien que ha firmado una hipoteca tan ventajosa e irreal, que ya quisiéramos el resto de los mortales, o para alguien que usa el dinero público para fines privados como la contratación de una niñera. Qué fácil es crear nuevos problemas cuando no tienes pajolera idea de solucionar los que ya existen, lo cual sería irrelevante si no conllevara más gasto público.
Qué fácil es ser maquiavélico y cobarde, pasándose por un ventrílocuo que usa de muñeco a Gabilondo, y hace campaña contra Madrid sin pisar Madrid ni tocarse, ya no digo hablar, con los madrileños. Qué fácil es querer dar fondos y subvenciones a discreción. Qué iluso es el ladrón cuando piensa que todos son de su condición.