LAS CLAVES
El ADN del torso
Una de las bazas de la defensa de Román es el error de identificación del torso por parte de los forenses cuando creyeron que era de raza caucásica. Él sostendrá que no es Heidi a pesar de que la prueba de ADN no dejaba lugar a duda.
Data de la muerte
También tratará de aprovecharse de la horquilla que dieron los forenses con respecto a la muerte: tres días antes de su hallazgo (día 13) aunque para la Policía es más de una semana (día 5) pero se explicaría por ser verano y estar en la maleta.
Huida a Zaragoza
Su defensa argumentará que ponerse a trabajar en un bar de Zaragoza no parece una forma muy efectiva de huir de un crimen y él sostendrá que se sentía amenazado por una organización policial, a pesar de que no ha querido dar detalles en la instrucción.
40 testigos
declararán en el juicio, así como 45 agentes de Policía Nacional, 3 de la Municipal, 4 forenses, 3 psicólogos, 3 de Toxicología y un bombero del Ayuntamiento de Madrid.
Su huella en el bote de sosa
En la nave donde encontraron el torso de Heidi rociado con sosa cáustica había un bote del producto con su huella. Él argumentará que había estado limpiando la nave con el producto y que en la maleta que llevó el día 5 solo había documentación.
Cuchillo como los suyos
Durante la inspección ocular también encontraron en la nave un cuchillo de la misma marca y modelo como los que César utilizaba en sus restaurantes. Habría podido utilizarlo para seccionar los senos, a los que luego prendió fuego en la nave.