La Razón (Andalucía)

Campanadas de alarma en el sistema sanitario español

- Antonio Burgueño

EnEn mi infancia, las campa-nadas campa-nadas tenían un significa-do significa-do de expresión del áni-mo áni-mo de una población ante un acontecimi­ento. La campana solitaria y lenta era de duelo. Las campanadas suponían, general-mente, general-mente, júbilo. Pero cuando se des-ataban des-ataban en su furor, alertaban de que un fuego u otro agente catastrófi­co se acercaba al pueblo y nos amena-zaba amena-zaba a todos, eran de alarma.

Que una Encuesta de Sigma 2, realizada desde el ámbito munici-pal munici-pal de Madrid venga a colocar a la Sanidad, ascendiend­o en la escala desde 2016, a uno de los principale­s problemas de los ciudadanos ma-drileños, ma-drileños, es para cualquier observa-dor observa-dor una gran campanada. Y no pue-de pue-de ser menos cuando más del 40% de estos ciudadanos se pagan de sus raquíticos bolsillos una póliza de seguro sanitario. Este hecho, por sí muy grave, supone un alivio de la carga, pero ni aún así la Sanidad Pú-blica Pú-blica genera satisfacci­ón.

Que las listas de espera, bien ana-lizadas, ana-lizadas, como hacen algunas publi-caciones, publi-caciones, como la del Proyecto Ven-turi, Ven-turi, propicien datos de «fuego en el monte», hasta provocar en su «blog» la angustia personal del Dr. Abarca, como ciudadano y médico, más que como presidente del IDIS, Instituto que analiza la situación de la sani-dad sani-dad privada del país, es más que un pregonero gritando en la plaza del pueblo.

Y es que, la vivencia de los casos, propios o allegados, nos llegan a todos y nos generan un estado de ansiedad que cristaliza­rá, sin dudarlo dudarlo y ojalá sea pronto, en un revoloteo de campanas que nos conduzca a exigir a los políticos una solución urgente a los problemas de la Sanidad Sanidad de España.

El director adjunto de este diario, hace pocas semanas, indicaba la insuficien­cia financiera como una de las causas de este situación. Y no le falta la razón , sin ser ya la principal. principal. Y, más nos vale, porque esa causa causa genera un horizonte de truenos que harán ensordecer a las campanadas. campanadas. ¿Cómo decir a la sociedad española, que lleva soñando con un estado de bienestar, que todo era una quimera? Pensiones, Servicios a la Tercera Edad, Sanidad, Educación Educación Gratuita, Seguridad, Defensa... Todo el catálogo se ha abierto, todas las casillas tiene el «OK», pero ninguno ninguno es solido, es congruente, está estudiado y es consecuent­e con un Plan Económico Financiero.

Y, además, volviendo a la Sanidad que es lo mío y lo de los lectores de este periódico, para decir una vez más que el modelo de prestación nos aboca hacia un sistema sanitario sanitario público , como fueron los Hospitales Hospitales de la Beneficien­cia de España que algunos añosos conocimos, y que todavía perviven en las Redes de Hospitales de Latinoamér­ica, que antes que los nuestros fueron muy florecient­es, pero que muestran muestran en el mundo una manera de conducir los sueños de un pueblo soñador, con casillas con un «OK». ¿Para cuándo resucitamo­s el famoso famoso Informe Abril, tumba de Don Quijote, sueño «unamuniano de la sanidad»?

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