De la disidencia a la heroicidad
Teatro en Vilo regresa al CDN con la misión «imposible» de cambiar el mundo
La compañía Teatro en Vilo prosigue prosigue su feliz y meteórica ascensión ascensión en el panorama teatral. En 2019, con apenas tres montajes en su haber, lograron que el Centro Dramático Nacional se fijara en Noemi Rodríguez y Andrea Jiménez, Jiménez, sus dos integrantes, para producir producir su siguiente espectáculo, que se llamó «Man Up». Bien satisfecha satisfecha debió de quedar con su resultado la institución pública, que después volvió a contar con ellas en el proyecto colectivo « La pira», desarrollado durante el confinamiento, y que ahora coproduce, coproduce, junto a Barco Pirata, su nuevo trabajo: « Blast».
La obra nace con el ambicioso propósito de aproximarse a la crisis crisis global de valores y expectativas, expectativas, según sus creadoras, para «intentar responder, sin vergüenza vergüenza de ningún tipo, a las preguntas más difíciles, a aquellas que no tiene respuesta, y para generar un cambio desde el escenario». Para ello, las dos autoras y directoras lanzaron una convocatoria dirigida dirigida a menores de 26 años que tuvieran tuvieran «esperanza, arrogancia, descaro y humor suficientes para cambiar el mundo». Entre las cerca cerca de mil candidaturas, seleccionaron seleccionaron a siete personas a partir de cuyos «pensamientos, ideas e impulsos impulsos vitales» crearon « Blast ». Julia Adun, Nadal Bin, Conchi Espejo, Espejo, Iván López-Ortega, Saúl Olarte, Álex Silleras y Alejandra Valles son los nombres de los siete siete intérpretes elegidos. Todos pertenecen pertenecen a la llamada generación Z y tienen como nexo su relación con el mundo del arte en cualquiera cualquiera de sus vertientes. Sin embargo, embargo, representan al mismo tiempo la diversidad que caracteriza caracteriza hoy a estos jóvenes. « Es una generación –asegura Jiménez– mucho más flexible, heterogénea y consciente de su propia diversidad». diversidad». Y apunta algo más: « Nos dimos cuenta de que los siete eran ya disidentes de una forma u otra en la sociedad en la que vivimos, bien por su condición sexual, por su identidad de género, por su edad, por cuestión de raza, por su perspectiva espiritual... Ya habían empezado, en su día a día, a cambiar cambiar el mundo».
Rodríguez reconoce que el punto punto de partida que tiene la propuesta propuesta de querer cambiar el mundo es manifiestamente «una misión imposible», pero es precisamente esa quimera lo que hace tan interesante interesante para ellas el proyecto: «Las misiones imposibles me resultan muy, muy conmovedoras –afirma la codirectora–. Todas las grandes hazañas, historias y biografías que nos inspiran parten casi siempre de algo que nos parece imposible. Y es el intento de luchar contra esa imposibilidad lo que en verdad nos conmueve». «Tal vez no hayamos hayamos cambiado el mundo – añade Jiménez–, pero creo que, entre todo el equipo, hemos logrado amasar y manosear el concepto de la esperanza».
DÓNDE: Teatro Mª Guerrero, Madrid. CUÁNDO: del 6 de mayo al 19 de junio. CUÁNTO: de 6 a 25 euros.