Un tesoro escondido en plena sierra de Espadán
► Mar de Fulles, ubicado en la provincia de Castellón, es el primer hotel completamente autosostenible de Europa
Dicen que cuando en la sierra de Espadán sopla el viento, uno tiene la sensación de estar navegando entre un mar de hojas. Y de este dicho nació su nombre, Mar de Fulles, el primer establecimiento completamente autosostenible de toda Europa. Encontramos el camino camino que nos lleva hasta él en un desvío de la carretera a la salida de la localidad de Alfondeguilla: una pista forestal perfectamente señalizada señalizada y apropiada para cualquier tipo de vehículo que, poco a poco, nos va internando en un frondoso bosque (más de 160.000 metros cuadrados) repleto de alcornoques alcornoques centenarios. Estamos inmersos inmersos en el segundo espacio natural protegido más grande de la Comunidad Comunidad Valenciana. Y aunque las montañas nos impidan verlo, estamos estamos a tan solo 15 kilómetros de la costa.
Mar de Fulles lleva abierto desde desde el verano de 2016 pero antes hubo un largo proceso (casi 11 años) para dar forma a lo que ahora ahora vemos. Juanma Urbán, su propietario propietario y antiguo colaborador de Greenpeace, nos cuenta que sus primeras batallas fueron libradas para encontrar el lugar idóneo e ir comprando los terrenos poco a poco; después, pelear con la burocracia burocracia y las administraciones y, por fin, encontrar la financiación necesaria para poder construir su hotel. En vez de acudir a un banco, consiguió los primeros fondos a través de micropréstamos privados privados aportados por más de 300 personas personas que confiaron en este proyecto proyecto innovador que aúna ecología, sostenibilidad y eficiencia eficiencia energética.
Independencia energética
El hotel no ha querido tener acceso acceso a la red eléctrica ni a la del agua; toda su energía proviene del sol y es capturada mediante una serie de placas solares estratégicamente estratégicamente situadas en la cubierta de las habitaciones. El agua proviene de un pozo propio, que se nutre del caudal procedente de la cueva de San José, y que es depurada para su total potabilización mediante tres métodos diferentes.
Mar de Fulles dispone de 10 amplias amplias y sencillas habitaciones dobles dobles en las que no encontrarán ni un solo elemento de plástico, solo materiales naturales como la madera, madera, cristal o arcilla. La decoración decoración es de un minimalismo escandinavo escandinavo que logra espacios amplios y luminosos, carentes de elementos elementos innecesarios, en perfecta integración integración con el entorno natural de manera no invasiva. No busquen la televisión en la habitación…porque habitación…porque no la hay. Y quien quiera WiFi tendrá que acercarse hasta las zonas zonas comunes.
Como nos dice Juanma, «aquí uno viene a desconectarse del mundo y a buscar comunión plena plena con la naturaleza». En cada terraza de entrada, con vistas a la sierra, hay plantado un árbol frutal diferente que da nombre a la habitación. habitación. Además, Mar de Fulles dispone de un albergue, situado en la parte superior del edificio, con cinco estancias independientes, independientes, cada una con ocho literas (equipadas con los mismos colchones colchones de las habitaciones) y armario armario individual, habitualmente utilizadas por grupos que realizan retiros de yoga que se imparten en una amplia sala diáfana con enormes enormes ventanales que logran hacernos hacernos sentir literalmente colgados del cielo. Un lugar perfecto para descargar toda energía negativa y liberar nuestra carga de estrés. Cuando el tiempo lo permite, también también podemos disfrutar de una piscina al aire libre con vistas infinitas infinitas hacia la sierra y con el agua tratada con sal en vez de cloro.
Gastronomía kilómetro cero
El restaurante del Mar de Fulles, como no podía ser de otro modo, sigue la misma línea sostenible del resto del establecimiento. Su filosofía filosofía está basada en la utilización de materias primas de producción propia o compradas a pequeños productores ecológicos del entorno entorno y, si esto no fuera posible (como casos como el café, azúcar, té o el cacao) adquiriendo productos con el sello de «comercio justo». Uno de sus mayores retos, dejado por escrito escrito en las hojas de su menú, es el de tratar que el 80% de sus ingredientes ingredientes sean productos locales que provengan de menos de 80 kilómetros kilómetros de distancia; porque, como asegura Juanma «lo lejano nunca puede ser del todo ecológico y no concibo una ecología sin ética personal; personal; el verdadero sello eco lo proporciona proporciona la cercanía y el conocimiento conocimiento de quién te vende».
Imprescindible su cordero lechal lechal de Viver (un pueblo cercano) cocinado a baja temperatura durante durante 16 horas y las trufas de queso de Almedíjar con almendras. Y para beber, un vino tinto (ecológico) (ecológico) embotellado por bodegas Vegalfaro Vegalfaro en exclusiva para el hotel o una deliciosa cerveza artesanal producida en Peñíscola por la cervecería cervecería Badúm con etiqueta propia propia Mar de Fulles.
Maica Rivera.
RomaRoma es, ante todo, una exposición de arte al aire libre, y una de sus obras más conocidas es el im-ponente im-ponente Coliseo que, con casi 2000 años de antigüedad y pese a perder casi por completo su parte sur hace siglos, aún hoy domina majestuosamente el paisaje de la ciudad. Hasta el siglo XX ningún edificio superó en capacidad a este anfiteatro, construido para acoger las sangrientas diversiones con las que los emperadores de la antigua Roma entretenían al pue-blo. pue-blo. Se puede visitar por libre o con visita guiada, pero se haga como se haga, se trata de una experien-cia experien-cia inédita para cualquier viajero. Asombra su grandeza y dimensio-nes, dimensio-nes, y si se recorren sus subterrá-neos, subterrá-neos, es decir, las entrañas del Coliseo, estremece ver los espa-cios espa-cios dedicados a los gladiadores y a las fieras.
Por orden de preferencia de la mayoría de los viajeros, continua-remos continua-remos como imprescindible la visita al Vaticano. Es el país más pequeño del mundo, y es muy pe-culiar pe-culiar porque está ubicado en el centro de Roma: un país dentro de otro país. A pesar de su reducida extensión, en su interior hay mu-chas mu-chas cosas de gran interés, como la Basílica de San Pedro, una de las iglesias más grandes e impresio-nantes impresio-nantes del mundo y que ofrece la subida a su cúpula, en la que rega-la rega-la unas increíbles vistas de la ciu-dad, ciu-dad, sin olvidar que alberga una soberbia escultura, la famosa Piedad Piedad de Miguel Ángel; los Museos Vaticanos, donde emocionarse con la preciosa Capilla Sixtina de Miguel Ángel; y, por supuesto, algo casi obligado es pasear por su símbolo más conocido: la enorme Plaza de San Pedro.
Seguimos recorriendo las salas y pasillos del museo que son las calles y plazas de Roma, en las que se encuentra, entre otras obras, el Panteón de Agripa, una de las edificaciones edificaciones más bellas y mejor conservadas conservadas de la antigua Roma. Su fascinante óculo, sus formas tan majestuosas como armónicas, su historia, su valor incalculable y el significado que encierra… hacen que esta construcción sea irresistiblemente irresistiblemente cautivadora. Por otro lado, si el viajero quiere asegurarse asegurarse volver a Roma, según la creencia creencia popular, puede hacerlo lanzando lanzando una moneda en la maravillosa Fontana di Trevi, cuya monumentalidad contrasta con las dimensiones tan pequeñas de la plaza en la que se sitúa, creando un verdadero espectáculo para el sentido de la vista. Es un canto al agua y a la vida.
En esta fascinante urbe se encuentra encuentra también uno de los sitios históricos más importantes de la humanidad: el Foro Romano. Aquí se levantan algunos de los edificios edificios más decisivos de esta antigua Caput Mundi: el Arco de Tito, el templo de Venus y Roma, el templo templo de Saturno… Desde este recinto recinto se puede acceder directamente al Monte Palatino, una de las siete colinas de la antigua Roma que alberga los restos de residencias de emperadores, templos y, según algunas referencias, la mitológica cueva escenario de la leyenda de Rómulo y Remo.
Ruta por sus barrios
Otros puntos de interés son el Arco de Constantino; la Plaza de España, España, con su infinita escalinata; la Piazza del Popolo; la Basílica di Santa Maria della Vittoria… y barrios barrios emblemáticos con un encanto encanto especial como el barrio Coppedè, Coppedè, con su art déco y mezcla griega, gótica, barroca y liberty; el barrio de Testaccio, vital y alegre; sin olvidar, olvidar, por supuesto, Trastévere, bohemio, original y colorido, lleno de trattorias romanas, mercadillos, mercadillos, tiendecitas y talleres de artesanos artesanos donde se respira la esencia de la Roma más genuina. Este último último es, sin duda, uno de los barrios barrios más antiguos y característicos característicos de la ciudad, pero citaremos también como imprescindibles Via Margutta, la calle que la famosa famosa película Vacaciones en Roma catapultó como uno de los lugares más románticos de la capital italiana, italiana, así como la famosa Via Veneto, Veneto, epicentro de la Dolce Vita romana…
En definitiva, en un viaje a la «ciudad eterna», uno debe de perderse perderse por sus calles y plazas, y vagar vagar por este museo al aire libre que es la ciudad. No tema extraviarse cuando lo haga, ¡todos los caminos caminos llevan a Roma!