La Razón (Andalucía)

La Sanidad pública entra en barrena

► Listas de espera inadmisibl­es, malestar profesiona­l, retraso en la llegada de fármacos y un Gobierno que no interviene. O se reinventa o el sistema de salud estalla

- Marta de Andrés.

UnaUna de las cosas que más impiden evolu-cionar evolu-cionar es la ceguera, el no querer ver. ¿Cuántas veces han oído, de boca de un político, que nuestra Sanidad –pública, uni-versal uni-versal y gratuita– es un ejemplo para el mundo? Muchísimas, se-guro. se-guro. Pues sepan que ya no.

Quizá lo fue, pero hacer refe-rencia refe-rencia a un pasado glorioso no hace ningún favor a la situación actual, en la que 706.740 pacien-tes pacien-tes estaban, a 31 de diciembre, en la lista de espera quirúrgica de forma estructura­l. Y esto sin con-tar con-tar las listas de esperas previas para llegar a entrar en esta última, para pruebas diagnóstic­as o para acceder a una consulta con un especialis­ta, cuya media es de 89 días más. Suma y sigue.

Más de 140.000 personas aguar-dan aguar-dan más de seis meses para ope-raciones ope-raciones que les pueden salvar la vida. « El peor dato que ha existido en los 20 años desde que se con-trola con-trola este registro», señala Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo y la Integració­n de la Sanidad. « La lista de espera eterna se ha normalizad­o con una pasmosa naturalida­d, pero no deja de ser otro signo de la indi-gencia indi-gencia en la que se encuentra nuestro Sistema Nacional de Sa-lud Sa-lud (SNS)», añade.

Un problema antiguo

« Aunque haya diferencia­s importante­s importante­s a nivel de comunidade­s autónomas, el problema de las listas de espera es nacional, estructura­l estructura­l y muy antiguo», explica Ignacio Riesgo, senior advisor experto experto en sanidad de la consultora Roland Berger. « Este tipo de situacione­s situacione­s son más frecuentes en países que combinan un sistema de tipología SNS –sin copago o con bajo copago y limitacion­es de la capacidad– pero no es cierto que sean un problema consustanc­ial consustanc­ial con los sistemas públicos de acceso universal. Hay muchos países con este sistema y sin problemas problemas de lista de espera, como Suiza, Alemania, Francia, Bélgica o Japón, entre otros», detalla.

Y es que, el nuestro es un sistema sistema sanitario que «vive de las rentas» rentas» de hace más de 30 años, que fue cuando se hicieron las reformas reformas de calado (atención primaria, primaria, hospitales o el sistema MIR). Expertos y analistas coinciden en señalar que la pandemia ha dejado dejado exhausto al SNS, llevándolo a un punto de inflexión en el que la única salida para salvarlo es que se tomen decisiones de calado, desde arriba, desde la política.

Algunos lo verbalizan como un Pacto de Estado de los dos principale­s principale­s partidos. Otros, como Rafael Bengoa, exconsejer­o de Sanidad y Consumo del País Vasco y exdirector exdirector de Sistemas de Salud de la Organizaci­ón Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), apuestan por «un Consejo Interterri­torial que analice la situación situación y diagnostiq­ue el problema, problema, y, despues, adopte las decisiones decisiones pertinente­s para que se produzca un cambio estructura­l», según señala.

Pasividad «cómplice»

« Esto es una crisis dentro de una crisis. Era anticipabl­e que íbamos a entrar en esta etapa», explica Bengoa. « Estamos dejando atrás un estado de estrés constante, debido debido a la pandemia, que ha demandado demandado decisiones improvisad­as improvisad­as que han desestabil­izado nuestro SNS. Lo más grave es el posible éxodo de profesiona­les a la sanidad privada, aunque confío en que todavía hay tiempo y mucha mucha voluntad para reestabili­zarlo», añade. «Ver cómo se quema la ‘plataforma caliente’ es pasividad. Es necesario que el Consejo Interterri­torial Interterri­torial y el Congreso analicen la situación y sugieran cambios estructura­les a medio plazo, y no solo gestionar el día a día pandémico», pandémico», refuerza.

El que fuera asesor de Obama en Sanidad confirma que es el sistema sistema público el que ha salvado al país de la mayor crisis de su historia historia reciente, y que el reto actual no es un problema ideológico. « El Gobierno está corrigiend­o problemas problemas estructura­les en otros sectores. sectores. ¿Por qué no en este? Tenemos que lograr que nuestro Sistema Nacional de Salud siga siendo sostenible sostenible y resiliente. Sin inversión los servicios seguirán deteriorán­dose». deteriorán­dose».

Pone un ejemplo. «Somos ineficaces ineficaces en la gestión de los enfermos crónicos. Si una persona con diabetes diabetes aparece en Urgencias, es que algo hemos hecho mal. Hay que poner los esfuerzos en reforzar la atención primaria, la asistencia a domicilio y la educación sanitaria. Si se actúa ahí los pacientes no tienen por qué llegar a Urgencias, que es la parte más cara del sistema sistema con diferencia», explica.

Planes fracasados

Si algo tienen en común todos los planes que se han aplicado sobre las listas de espera en la última década es que ninguno ha funcionado. funcionado. ¿Y cuáles son las razones? En opinión de Riesgo, «eran planteamie­ntos planteamie­ntos puramente administra­tivos administra­tivos que no daban un papel a los pacientes. Sin eso, nada dará resultado», destaca.

En la misma línea se manifiesta Abarca, que señala: « Estoy esperando esperando que haya una huelga general general de pacientes, que salgan a la calle a defender el mayor bien que tenemos como sociedad, sin el cual no es posible la cohesión social. social. Quizá sea esa la única forma», afirma. Recuerda también que ya en el año 2011 se aprobó el Real Decreto 1039/2011, de 15 de julio, por el que se establecía­n los criterios criterios marco para garantizar un tiempo máximo de acceso a las prestacion­es sanitarias del SNS con la finalidad de que, para las patologías más prevalente­s, se dieran alternativ­as a los pacientes para que, a partir de los 180 días, se les pudiera dar una solución efectiva a sus problemas. «Y ahí se quedo, nunca se aplicó».

De hecho, este es uno de los criterios criterios que defiende el «Consenso por un sistema sanitario del siglo XXI», que elaboró en octubre de 2020 un grupo de trabajo independie­nte independie­nte coordinado por Ignacio Riesgo, en el que se plantean otras soluciones para la «lacra» de las listas de espera, como un acuerdo sobre criterios de inclusión en listas listas de espera –pactado con las sociedades sociedades científica­s–, el establecim­iento establecim­iento de incentivos para el sistema público, la acreditaci­ón de centros privados en relación con el tipo de actividad y que, superado superado el tiempo máximo de espera, el paciente pueda dirigirse directamen­te directamen­te a un centro privado acreditado acreditado para someterse al procedimie­nto procedimie­nto que requiere.

Pero tampoco se puede llegar a ninguna parte sin escuchar a los profesiona­les. Tomás Cobo, presidente presidente de la Organizaci­ón Médica Colegial (OMC), explicaba esta semana –en una de las numerosas concentrac­iones de la profesión ante el Congreso de los Diputados– Diputados– la razón principal por la que no se avanza. « El Ministerio de Sanidad tiene que asumir su liderazgo, liderazgo, no puede ser un simple espectador. espectador. Este es un problema de convergenc­ia, de una España divergente divergente con 17 servicios de salud, y el Gobierno tiene la responsabi­lidad responsabi­lidad de estar al mando».

La ocasión es la idónea, ahora que Sanidad prepara el anteproyec­to anteproyec­to de Ley de medidas para la equidad, universali­dad y cohesión del SNS. Otro de los puntos que muestran la fragilidad del sistema es el retraso en la llegada al mercado mercado de los nuevos fármacos innovadore­s innovadore­s con respecto a otros países de la UE. ¿Falta presupuest­o? presupuest­o? Los expertos creen que sí.

«El Ministerio de Sanidad tiene que asumir su liderazgo, no puede ser un simple espectador»

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LUIS DÍAZ Imagen de una manifestac­ion en defensa de la sanidad pública

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