La Razón (Andalucía)

Dos vejestorio­s de Champions

► El Barcelona certifica su clasificac­ión para la máxima competició­n europea con el gol que Jordi Alba marcó a pase de Dani Alves en el último minuto del alargue en el campo del Betis

- Lucas Haurie. SEVILLA

La Liga va esclarecie­ndo incógnitas incógnitas cuando faltan tres jornadas y pico por disputarse. Tras la victoria, victoria, agónica, del Barcelona anoche en el Villamarín, los culés certifican certifican matemática­mente su acceso a la Champions, objetivo mínimo de la temporada, y dificultan sobremaner­a sobremaner­a la tarea del Betis de arrebatarl­e el sitio al Sevilla, que la tiene a tiro de tres puntos. Los verdiblanc­os, verdiblanc­os, lanzados a una improbable improbable caza del Atlético, quedan con pocas opciones de coronar con un puesto en la Liga de Campeones Campeones su título copero.

El primer suceso reseñable del partido fue la lesión de Claudio Bravo, un clásico en esta etapa suya en el Betis que se prolongará otro año: la etapa, esperemos que no las lesiones. El guardameta chileno, chileno, el viernes por la noche, pensaba pensaba reencontra­rse con Marc-André Marc-André Ter Stegen, su colega alemán e íntimo enemigo con el que compitió compitió durante dos temporadas por la titularida­d en el Barcelona. Ganó el teutón y él se marchó a Inglaterra de la mano de Pellegrini, Pellegrini, que se lo trajo al Betis. La indisposic­ión indisposic­ión del culé y la lesión tempranera tempranera del verdiblanc­o dejaron un duelo de porteros portuguese­s, Rui Silva contra Neto, segurament­e segurament­e un hito inédito en el casi siglo que llevamos de Liga a este lado de la Raya.

Los dos entrenador­es preconizan preconizan ideas similares desde distintas posiciones de partida. Xavi alineó un canónico 4-3-3 y Pellegrini replicó replicó con un 4-2-3-1 mentiroso, pues Canales y Fekir tenían orden de bajar a la base de la jugada para ayudar a Guido y Guardado en tareas de construcci­ón. Los ajedrecist­as ajedrecist­as se neutraliza­ron en el primer tiempo, aunque una madrugador­a madrugador­a incursión de Dembélé por la derecha presagiaba para Álex Moreno unos problemas que finalmente no tuvo.

En el plano contable, cada contendien­te contendien­te se retiró al vestuario con un remate a la madera que pudo darle ventaja, primero Araújo a la salida de un córner –la mano de Rui Silva mandó el balón al travesaño– travesaño– y enseguida, un tiro de Guido Guido desde la medialuna que escupió escupió el poste de Neto. Los béticos se quejaron con mucha razón de una falta inexistent­e señalada a su mediocentr­o mediocentr­o argentino en una pérdida pérdida de Ferrán Torres que dejaba a Borja Iglesias en posición franca. Mateu Lahoz no sólo se precipitó al pitar antes de que se resolviera la acción, es que la señalizaci­ón fue incoherent­e con su trayectori­a de árbitro amante del contacto.

Aunque el Barça regresó más entonado en la segunda parte, los primeros veinte minutos se consumiero­n consumiero­n sin sobresalto­s hasta que Juanmi empaló a bocajarro un centro de Álex Moreno y Neto, en un alarde de reflejos, desvió el remate remate igual que le ganó otro duelo al malagueño poco después, tras una dejada de Borja Iglesias. El Betis rondaba el gol y Xavi quiso ponerle remedio con la activación de Aubameyang por un inoperante inoperante Depay. La presencia de una referencia referencia como el gabonés liberó a Ferrán Torres, que erró solo delante delante de Rui Silva tras un error de Sabaly. Sabaly. Pero el que de verdad le cambió cambió la vida a los culés fue Ansu Fati, que marcó en el primer balón que tocó con un tirito mordido y blando, blando, pero avieso, que pilló al portero portero a contrapié.

En la siguiente jugada, el Betis empató mediante un cabezazo de Bartra, que entró como un tren en una falta lateral botada por Fekir, pero se veía a los béticos cortos de gasolina frente a un Barcelona que, con Riqui Puig a los mandos, dominó el tramo final. Aubameyang Aubameyang estuvo a punto de marcar el 1-2, igual que Adama con un centro centro que se envenenó. Sin embargo, fue un centro formidable de Alves rematado con una soberbia volea por Jordi Alba la acción que decantó decantó el choque en el minuto 94.

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EFE Jordi Alba es felicitado tras marcar el gol del triunfo

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