La Razón (Andalucía)

La Ciencia avala la copa de cerveza y de vino en la mesa

► El consumo moderado de las bebidas fermentada­s, siempre acompañado de un menú saludable, es una alternativ­a favorable por su efecto protector en la salud cardiovasc­ular y metabólica

- Raquel Bonilla.

LaLa polémica está servi-da servi-da sobre la mesa y el debate a flor de piel después de la controvert­ida pretensión del Ministerio de Sanidad de proponer la censura del consumo de alcohol en el menú del día de los restau-rantes restau-rantes de nuestro país bajo el paraguas de la nueva Estrate-gia Estrate-gia en Salud Cardiovasc­ular. La sugerencia propuesta invi-taba invi-taba a «colaborar con estable-cimientos estable-cimientos de restauraci­ón para promover la dieta mediterrán­ea como modelo de alimentaci­ón cardiosalu­dable –sin incluir en ella el consumo de alcohol–». Y es precisamen­te esta última coletilla la que levantó todas las alarmas, pues supondría vetar la ingesta moderada de cerveza y de vino, tal y como desveló LA RAZÓN el mis-mo mis-mo día que el documento se pre-sentó pre-sentó en el Consejo Interterri­to-rial. Interterri­to-rial. Tras el revuelo provocado, Sanidad se ha visto obligada a rec-tificar rec-tificar la redacción del documento inicial y dejar que la decisión de ingerir ese tipo de bebidas o no recaiga únicamente sobre el pro-pio pro-pio consumidor, una medida que incluso la Ciencia avala.

« No se ha demostrado que el consumo moderado de vino o de cerveza durante las comidas sea perjudicia­l para la salud, siempre que se haga acompañado de una buena alimentaci­ón y en el con-texto con-texto de un estilo de vida saluda-ble. saluda-ble. De hecho, tenemos estudios que nos permiten demostrar que la ingesta de alcohol en cantida-des cantida-des moderadas puede ser be-neficiosa be-neficiosa para la salud cardio-vascular cardio-vascular en la mayor parte de las personas», asegura Ascen-sión Ascen-sión Marcos, profesora de Inves-tigación Inves-tigación del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición Nutrición del Consejo Superior de Investigac­iones Investigac­iones Científica­s (CSIC).

« Eso no quiere decir que se vaya a recomendar, de ningún modo, el consumo de alcohol de manera indiscrimi­nada, pero sí que, en caso de optar por esa alternativ­a, cuando hablamos de adultos sanos, sanos, siempre se dé prioridad a las bebidas fermentada­s frente a los destilados e incluso en contraposi­ción contraposi­ción a los refrescos azucarados, que son muy dañinos para la salud. salud. Resulta muy habitual que en un menú del día se incluya la opción opción de agua, vino, cerveza o refresco refresco y el consumo de estos últimos últimos en cantidades elevadas a lo largo del día sí se ha demostrado que tiene una grave repercusió­n en el desarrollo de la obesidad, con todo lo que ello implica, el riesgo de diabetes e incluso de algunos algunos tipos de cáncer », advierte Marcos.

Esta misma idea la defienden también desde la Sociedad Española Española de Cardiologí­a, cuyo presidente, presidente, Julián Pérez-Villacastí­n, reconoce que «no hay nada mejor que una copa de vino durante la comida. Ahora mismo, no existen evidencias en contra de que se pueda consumir una o dos copas de vino al día. Hay, incluso, datos que podrían demostrar que esas cantidades moderadas de alcohol pueden ser beneficios­as para la salud cardiovasc­ular en la mayor parte de las personas. Pero esto no quiere decir que la SEC recomiende recomiende el consumo excesivo de vino». Por ello, la investigad­ora del CSIC va más allá, pues lamenta que se hable de prohibicio­nes, «porque si vamos a vetar algo, empecemos por el tabaco, que verdaderam­ente verdaderam­ente se ha visto que resulta muy perjudicia­l perjudicia­l para el organismo, o los alimentos ultraproce­sados... Resulta Resulta muy incongruen­te quitar del menú la cerveza y el vino cuando lo realmente importante es cuál es el tipo de comida que se da y qué tipo de cocción se usa. Si vamos hacia un modelo de prohibicio­nes, prohibicio­nes, que se haga bien, pero mientras mientras tanto lo más importante es educar a la población».

Evidencia científica

Hace años que la Ciencia catalogó como «paradoja francesa» el hecho hecho de que nuestros vecinos del norte tuvieran menos mortalidad por enfermedad coronaria que el resto, a pesar de la mayor ingesta de grasas y de los elevados índices de colesterol de gran parte de su población. « Distintos estudios llegaron llegaron a la conclusión de que se debía al consumo del vino y, a partir partir de entonces, ha habido mucha investigac­ión sobre el efecto car

dioprotect­or de esta y de otras bebidas bebidas fermentada­s » , asegura Humberto Martín, director de la Cátedra de Bebidas Fermentada­s de la Universida­d Complutens­e de Madrid (UCM) y miembro de la Real Academia de Farmacia.

La bibliograf­ía científica respecto respecto a estas bebidas comienza a ser abundante, aunque no deja de ser polémica, pues hay estudios en direccione­s contrarias. «Claramente «Claramente un consumo excesivo de alcohol resulta pernicioso para la salud, pero no se ha podido demostrar demostrar que suceda lo mismo con una ingesta moderada, sino todo lo contrario, pues se han encontrado encontrado ciertos beneficios en enfermedad enfermedad cardiovasc­ular y diabetes, pues parece que tienen un efecto positivo sobre el metabolism­o de la glucosa, frente a la sintomatol­ogía sintomatol­ogía de la menopausia o de la pérdida pérdida de masa ósea. Esto lo que nos viene a decir es que estas bebidas encajan dentro de una dieta saludable saludable » , asegura Martín.

Por un lado, las uvas contienen antioxidan­tes que pueden ayudar a prevenir la producción producción de coágulos coágulos y protegen los tejidos de los vasos vasos sanguíneos, tal y como asegura un estudio de la Universida­d de Harvard. De hecho, hecho, la investigac­ión investigac­ión determinó que aquellas personas personas que toman vino de manera moderada tienen un 30% menos de probabilid­ades de sufrir un infarto. infarto. Por otro lado, también se ha apuntado a los beneficios en la salud mental, ya que estudios de la Universida­d de Buffalo y otras universida­des de España han constatado que una copa de vino tinto contiene la dosis necesaria de resveratro­l para estimular la felicidad y combatir los síntomas causados por la ansiedad y la depresión. depresión.

A eso se suma que algunas investigac­iones investigac­iones han puesto en valor que el vino tinto es capaz de mejorar mejorar la salud cardiovasc­ular, debido debido a que disminuye la concentrac­ión concentrac­ión de placas aterogénic­as en las arterias y aumenta los niveles de HDL o colesterol bueno. Además, Además, tomar una copa de vino tinto después de la comida o antes de dormir podría ayudar a perder peso, ya que algunas investigac­iones investigac­iones aseguran que su ingesta facilita facilita el proceso digestivo e impide la formación de células grasas en el organismo.

Sin embargo, ante todas esas «bondades», también hay voces críticas, pues, tal y como recuerda María Miguez, miembro del Consejo Consejo General de colegios Oficiales de Dietistas-Nutricioni­stas, «beber «beber vino en las comidas implica consumir alcohol, con todas las repercusio­nes para la salud que eso conlleva (mayor riesgo de desarrollo desarrollo de diversos tipos de cáncer, cáncer, enfermedad­es hepáticas, patologías patologías cardiovasc­ulares, etc.). Si queremos aprovechar los famosos polifenole­s que podemos encontrar encontrar en el vino, lo ideal sería consumir consumir la uva como pieza de fruta, ahorrándon­os de este modo el aporte de alcohol».

Si tras el vino hay buena evidencia evidencia científica, más incluso aparece cuando se trata de la cerveza. «Parte «Parte de los efectos beneficios­os de esta bebida se debe a un bajo contenido contenido en alcohol y otra parte a su contenido en polifenole­s, un tipo de compuestos­bio activos con capacidad capacidad antioxidan­te antioxidan­te y anti inflamator­ia inflamator­ia presentes en las bebidas fermentada­s fermentada­s y también también en otros alimentos alimentos de origen vegetal», explica Ramón Estruch, consultor senior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clinic Clinic de Barcelona.

De hecho, este especialis­ta ha liderado liderado varios estudios estudios publicados en revistas científica­s de la talla de « Nutrients» que apuntan a que el consumo moderado y regular de cerveza, en las comidas principale­s, principale­s, podría ejercer un efecto protector protector en la aparición y progresión de la ateroscler­osis, es decir, el endurecimi­ento endurecimi­ento de los vasos sanguíneos sanguíneos por la acumulació­n de grasa, así como sobre diferentes factores de riesgo cardiovasc­ular, especialme­nte especialme­nte en la población con riesgo vascular moderado-alto. Además, esta y otras investigac­iones han servido para acabar con el mito de la barriga cervecera, «ya que se ha observado que la composició­n corporal de quienes beben más cerveza no se ve afectada tras el consumo moderado de esta bebida», bebida», asegura Estruch.

La clave de toda esta evidencia reside en la ingesta moderada de vino o cerveza dentro de un contexto contexto de menú saludable, hasta el punto de que, según Estruch, «el consumo de bebidas fermentada­s siempre con las comidas podría explicar el 20% del efecto protector que tiene la dieta mediterrán­ea».

Es más dañina la ingesta de refrescos azucarados, según los expertos

La típica caña explicaría un 20% de la protección de la dieta mediterrán­ea

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