La vida fue una tómbola y una ópera
Excesivo, generoso e irónico. El periodista Jesús Mariñas se despide de este mundo dejando tras de sí grandes momentos por los que será reconocido para siempre
JesúsJesús Mariñas ha fallecido en el hospital San Rafael sin sufrir. Junto a él, como siempre, Elio, su marido, que ya le cuidaba mucho antes de que estuviera enfermo. Si no le cocinaba, no comía, y si por cualquier razón estaba fuera de casa trabajando le llamaba dos-cientas dos-cientas veces. Se querían y para Jesús era su todo. Estos últimos días los amigos íbamos a ver cómo evolucionaba y hasta hace muy poco aún evocaba fechas, sitios y viajes que habíamos compartido. Recuerdo uno a Costa Rica y a Nicaragua Nicaragua donde nos recibió la presidenta presidenta Violeta Chamorro. Desde el primer momento Jesús y ella conectaron. A los dos les entusiasmaba entusiasmaba la ópera. Chamorro era una entusiasta de Caballé y allí se enredaron enredaron en decidir cuál era su mejor mejor interpretación. Si « Madame Butterfly» o la Norma de Orange de «Casta Diva». Los demás periodistas periodistas dejamos de existir en esa tertulia. Jesús prometió enviarle unas grabaciones inéditas y ahí quedó la cosa. En principio era una visita con una copa de vino, pero fue tal el interés de la presidenta presidenta por Mariñas que le invitó a cenar. Solo a él. Y con su tonito de voz de «aquí mando yo» contestó: «O vienen ellos o no voy». Y efectivamente efectivamente nos recibieron a los periodistas periodistas españoles fuera de la agenda oficial. Continuamos con el viaje y la siguiente parada era en Playa Tambor. Un hotel propiedad de la cadena Barceló. Esa noche llovió como si fuera el diluvio universal. universal. La mayoría estábamos en el bar, menos Jesús que se había recogido recogido pronto. No contestaba al teléfono de la habitación y decidimos decidimos ir a buscarlo. Cuál no sería nuestra sorpresa al verlo dormir plácidamente sin enterarse de los truenos y relámpagos, y, lo más divertido para nosotros, ver sus maletas que no había abierto que estaban nadando.
Maletas como «barquitos»
Jesús se despertó y, con el carácter que tenía, nos regañó por no dejarle dejarle tranquilo. Y cuando vio su equipaje equipaje en plan «barquitos» se echó a reír: «Mañana me compraré ropa». Era una de sus aficiones. Tenía los armarios de su casa con un vestuario vestuario de vedette. Chaquetas, jerséis, abrigos, pantalones, y con la etiqueta etiqueta puesta. De vez en cuando te decía «vente a casa y te llevas lo que quieras para tus hijos». Era excesivo, excesivo, generoso, irónico y, como decía, «solo quiero que me quiera la gente gente que yo quiero. Los demás me importan nada». Fue un amigo que me quiso mucho y yo a él también. Se cierra una etapa preciosa de mi vida que compartí con Jesús. Solo tengo palabras bonitas para él y para Elio, que es mi familia.