Madrid y el voto joven
EnEn estos momentos, el PSOE es la quinta fuerza entre los jóvenes madrile-ños, madrile-ños, con un 4,5% de los apoyos entre los 18 y 29 años. Por delante van Cs, con un 5,1%; Vox, con un 6,8%; el PP, con un 10,8%, y Más Madrid, con un 15,9%, según la encuesta publicada ayer en estas páginas. Aun contando con la vo-latilidad vo-latilidad que está manifestando el electorado de izquierdas –que con-trasta con-trasta con la fidelidad demostrada por el de derechas–, resulta signifi-cativo signifi-cativo que los socialistas no logren atraer al voto joven: ni los esfuerzos de Sánchez por encarnar a un Peter Pan eternamente progresista ni los ataques de los socialistas a una de-recha de-recha que ha dejado de asustar ni la autopublicitada modernidad del socialismo consiguen convencer a los jóvenes. En la izquierda se de-cantan de-cantan por Más Madrid, opción más postmoderna y fluida –lla-mémosla –lla-mémosla así–, que pone el acento en la identidad, en los estilos de vida y lo medioambiental antes que en la ideología y el poder. Resulta un acierto de Más Madrid, pero no parece que sea una buena noticia para el conjunto de la izquierda, que se aleja de las preocupaciones de los adultos, en particular los de menos capacidad económica.
Otro dato interesante es el resul-tado resul-tado no muy brillante de Vox, que se queda lejos de establecerse como alternativa creíble al PP en un sector de la población que se ve a sí mismo como la punta de lanza de la modernidad. Avanza de for-ma for-ma muy notable el conjunto de centroderecha, pero –aunque tam-bién tam-bién lo haga, de 4 a 6 concejales– no lo hace tanto el poder de atracción de Vox entre el electorado joven. Es un contraste con lo que pasa con formaciones similares en otros paí-ses, paí-ses, en particular en Francia, donde partidos como Vox atraen a quie-nes quie-nes no se identifican con el sistema. Tras la crisis del PP, Almeida ha en-contrado en-contrado la forma de asentarse y progresar, hasta el punto de que no necesitaría a Vox para gobernar. Esta última formación, en cambio, no encuentra en Madrid ni el dis-curso dis-curso ni la figura que resulten atrac-tivos atrac-tivos para los jóvenes en una ciudad que tiene por característica princi-pal, princi-pal, ahora, el haber estrenado mar-ca, mar-ca, «sex appeal» y posición global.