La tómbola de Moncloa
LlevamosLlevamos 137 días de este 2022 y el presidente del Gobierno no ha realiza-do realiza-do ninguna rueda de prensa. De las de antes, digo. Aquellas en las que los periodis-tas periodis-tas preguntaban y repregunta-ban. repregunta-ban. Más allá de las comparecen-cias comparecen-cias con mandatarios extranjeros, en las que se admiten un máximo de dos o tres preguntas, Pedro Sánchez se zafa de los medios. Incluso en sus viajes por España, donde el presidente hace decla-raciones decla-raciones sin preguntas de los pe-riodistas. pe-riodistas. Y cuando las acepta, se produce el revuelo porque siem-pre siem-pre son elegidos aquellos medios calificados como «amables con el Gobierno». A estos siempre les toca, sino es un pito una pelota, en la tómbola monclovita.
Ciertamente, es función de la Secretaría de Estado de Comuni-cación Comuni-cación proteger al jefe del Ejecuti-vo, Ejecuti-vo, porque el presidente no es un comentarista al uso de la actuali-dad. actuali-dad. Pero de eso a tenerlo en una cápsula, va un trecho. Para evitar que la temperatura se caldee más de la cuenta, los equipos de infor-mación infor-mación de Moncloa han acercado al presidente a los periodistas que habitualmente siguen la informa-ción informa-ción del Complejo. La última vez fue en el viaje a Rabat, donde Sán-chez Sán-chez departió en el avión con los periodistas que le siguieron en el viaje. Quedaron muy satisfechos por su careo con el presidente. Por la información en la que el presi-dente presi-dente hacía una valoración del acuerdo con Marruecos, pero, so-bre so-bre todo, porque no es habitual.
Para suplir ruedas de prensa, que parecen ser un formato incó-modo incó-modo para el máximo responsable del Ejecutivo, en estos cuatro años Sánchez se ha proliferado, es un decir, en entrevistas en los medios de comunicación, aunque algunos son manifiestamente ningunea-dos. ningunea-dos. Es decir, no han tenido suerte en la tómbola de La Moncloa, por-que por-que no tienen número asignado, que dirige un personaje oscuro y poco dado al contacto con los me-dios, me-dios, el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès. La última agraciada con una entre-vista entre-vista con el presidente fue Susanna Griso, presentadora de Espejo Pú-blico, Pú-blico, la primera en cuatro años en Moncloa. Otros aún tienen el marcador marcador a cero, o como mucho han tenido la suerte de tener al presidente presidente del Gobierno, en su papel de candidato.
Por ejemplo, hasta hoy, el presidente presidente Sánchez no ha dicho una palabra más alta que otra, y menos menos alta tampoco, sobre la crisis motivada del Pegasus. Solo lo hemos hemos oído en sus comparecencias. Ni siquiera cuando acudió a Barcelona Barcelona a la clausura de unas jornadas jornadas económicas y se encontró con el presidente Aragonés. Sus declaraciones a los medios brillaron brillaron por su ausencia. Su discurso en ese foro tampoco fue para echar cohetes. Tampoco lo hemos leído en redes sociales, que solo sirven para enfatizar en los logros del Ejecutivo.
Por si fuera poco halagüeña esta situación ante el «pilar de la democracia», democracia», como califica al presidente presidente a los medios de comunicación, las informaciones periodísticas de fundamento que emite el Ejecutivo Ejecutivo suelen tener siempre como receptores a los mismos destinatarios, destinatarios, cuando no en singular, el mismo destinatario. De hecho, la remodelación del Ejecutivo se pudo seguir casi en directo a través de una radio y la versión digital de
Las ruedas de prensa parecen un formato incómodo para Sánchez
un diario nacional. El resto, a rebufo. rebufo. La cosa sigue igual. La mayoría mayoría a pan y agua.
Todos los partidos y todos los gobiernos tienen su «prensa preferida». preferida». Es lógico que sus informaciones informaciones tengan mayor eco en estos medios porque son los preferidos por sus votantes, pero relegar al resto es algo muy parecido a la censura preventiva. Esta es la tercera tercera tómbola, sino no estás en este bombo tienes que buscarte la vida. Y cuando la encuentras, no tienen escrúpulos para desmentirte, llamar llamar a tus superiores o simplemente simplemente desacreditar al profesional.
Nos quedan un máximo de 75 días para conseguir una rueda de prensa. Día, sin fecha. Motivo, balance balance del semestre. Si quieren participar participar en las preguntas cojan número, número, si quieren entrevista, cojan número y si quieren alguna noticia, noticia, no se estresen, si no son de los elegidos no hace falta ni que cojan número.