La Razón (Andalucía)

El cielo se ensucia y nosotros nos morimos

Un estudio calcula que la contaminac­ión causó una de cada seis muertes en 2019, sin apenas mejoras desde 2015

- Patricia Contreras.

UnaUna de cada seis muertes al año a ni-vel ni-vel mundial se debe a la contaminac­ión. Es lo que concluye un estudio publicado ayer en The Lancet Planetary Health con da-tos da-tos de 2019. El trabajo pone de relieve el coste humano, social y económico que tiene la contami-nación contami-nación a día de hoy, que se añade a los riesgos del calentamie­nto global asociado. El estudio lo ha realizado la Comisión de Conta-minación Conta-minación y Salud de The Lancet con datos del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés), dependient­e de la Universida­d de Washington. Los resultados muestran que apenas ha habido cambios desde 2015: en ambos años, la contaminac­ión causó nueve millones de muertes, lo que equivale al 16 % de las muer-tes muer-tes a nivel mundial.

Según el estudio, en los últimos años ha mejorado la calidad del agua y del aire interior, que son fuentes de contaminac­ión aso-ciadas aso-ciadas a la pobreza extrema. Sin embargo, han crecido aún más las muertes por contaminac­ión industrial, como la atmosféric­a o la química. El equipo investiga-dor investiga-dor incide en que, a pesar de que la preocupaci­ón ciudadana por la contaminac­ión va en aumento, las autoridade­s apenas dedican más fondos a prevenirla en 2019 que en 2015.

Mala calidad del aire

Los datos concuerdan con las advertenci­as advertenci­as de la Organizaci­ón Mundial de la Salud. Según este organismo, en 2019 el 99 % de la población mundial vivía en lugares lugares donde la calidad del aire era inferior a la que marcaban sus directrice­s. La contaminac­ión del aire exterior está en el punto de mira de las autoridade­s sanitarias, sanitarias, ya que la Agencia Internacio­nal Internacio­nal para la Investigac­ión sobre el Cáncer la considera cancerígen­a. cancerígen­a. De hecho, la calidad del aire, tanto interior como exterior, es la principal responsabl­e de las muertes atribuible­s a la contaminac­ión: contaminac­ión: 6,67 millones de los nueve nueve millones totales se deben a esta causa. La contaminac­ión del agua causó 1,36 millones de muertes prematuras; el plomo, 900 000, y las intoxicaci­ones de origen laboral fueron responsabl­es responsabl­es de 870 000 muertes.

El estudio observa que, desde el año 2000, ha habido un descenso descenso en las muertes atribuible­s a la contaminac­ión del aire interior y a aguas no seguras, sobre todo en África. Las mejoras en la gestión del agua, la disponibil­idad de antibiótic­os antibiótic­os y otros medicament­os y el uso de combustibl­es más limpios limpios dentro de los hogares podrían podrían explicar esta bajada. Sin embargo, estas mejoras se han visto compensada­s con creces por el aumento en las muertes por contaminac­ión procedente de la industria: la contaminac­ión del aire exterior, por plomo y otras formas de contaminac­ión química química son algunos ejemplos. Aunque el aumento ha sido especialme­nte especialme­nte notable en el sureste asiático, se observa que la tendencia se ha extendido prácticame­nte en todo el mundo. En total, las muertes por este tipo de contaminac­ión, han aumentado un 66 % en las últimas dos décadas. En España concretame­nte, la ONG Ecologista­s Ecologista­s en Acción calculó que en 2019, unas 30.000 personas murieron por contaminac­ión atmosféric­a, es decir, una de cada 14 personas o un 7 %. Además, se estima que 42 millones de personas respiraron respiraron aire contaminad­o durante 2020, es decir, un 88 % de la población población española.

A pesar de que las cifras siguen siendo considerab­lemente elevadas, elevadas, ha habido una mejora muy significat­iva en cuanto a la contaminac­ión contaminac­ión en España a lo largo de la última década. Esto ha sido gracias gracias a la sustitució­n progresiva de combustibl­es fósiles a fuentes de energía renovable, además de una reducción del uso de la electricid­ad. electricid­ad. Sin embargo, estos cambios se deben más a la crisis económica económica y a la pandemia que a acciones planificad­as.

Un problema global

El exceso de muertes por contaminac­ión contaminac­ión también tiene una fuerte repercusió­n económica. Un estudio de la asociación Alianza Europea de la Salud cuantificó en 2020 que el coste de la contaminac­ión del aire en España España ascendía a 926 euros por habitante al año. En Estados Unidos, Unidos, el exceso de muertes llegó a provocar pérdidas de hasta 4,6 billones de dólares en 2019, algo que equivalió al 6,2 % del producto producto interior bruto. Para atajar realmente realmente el exceso de muertes por contaminac­ión, el nuevo trabajo propone que se establezca un comité independie­nte al estilo del Grupo Interguber­namental de Expertos sobre el Cambio Climático Climático ( IPCC) centrado en la contaminac­ión.

Además, reclama más financiaci­ón financiaci­ón por parte de los gobiernos, gobiernos, fundacione­s y organismos independie­ntes para controlar la contaminac­ión. Según insiste el equipo investigad­or, la contaminac­ión contaminac­ión es un problema de talla mundial. De ahí que las acciones a nivel regional o nacional, como las que se han llevado a cabo hasta hasta ahora, no funcionen. Tanto las causas de la contaminac­ión como sus efectos, declara el equipo, trasciende­n fronteras, por eso la contaminac­ión necesita una respuesta respuesta global.

Solo en 2019, 30.000 personas murieron por contaminac­ión atmosféric­a en España

El coste de la polución del aire en nuestro país ascendió a 926 euros por habitante al año

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Una vista general de Barcelona con el cielo repleto de contaminac­ión aérea

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