La Razón (Andalucía)

El show de Putin

► Rusia ha desarrolla­do una sociedad orwelliana en la que lo blanco se dice negro y la servidumbr­e se ha convertido en sinónimo de libertad

- Vladislav Inozemtsev Vladislav Inozemtsev es director del Centro de Estudios Postindust­riales de Moscú

LaLa guerra actual entre Rusia y Ucra-nia Ucra-nia es diferente a los miles de con-flictos con-flictos que se han sucedido entre naciones o imperios. Esta es una guerra que no fue iniciada por una disputa territoria­l (las fronteras entre ambos países han sido negociadas y acordadas), ni por otro conflicto en curso en el que una de las partes haya estado involucrad­a (una paz relativa en Europa del Este ha durado al me-nos me-nos desde 1991), no por odios o prejuicios religiosos (rusos y ucranianos pertenecen a la misma fe ortodoxa), sino por voluntad política y, lo que creo que es muy importan-te, importan-te, por la propaganda. Además, diría que el conflicto actual es el primero causado por este instrument­o per se.

Por propaganda me refiero a un proceso de lavado de cerebro que niega todos los puntos de referencia imaginable­s. En los viejos tiempos, nuestro mundo era un reino donde diferentes ideologías chocaban entre sí. Pero las ideologías eran más bien con-juntos con-juntos coordinado­s de creencias e impera-tivos impera-tivos con posibilida­des limitadas de ser adoptadas en un entorno político cambian-te. cambian-te. Surgían y desaparecí­an, y sus fracasos eran fáciles de ver. La ideología comunista promulgó el internacio­nalismo y la solida-ridad solida-ridad de los oprimidos, y fue derrotada al fracasar el experiment­o socialista en todos los países que la adoptaron. La ideología fascista se basó en la idea de la superiorid­ad integral de alguna nación derivada de su capacidad para crear un superhombr­e (Übermensch) apto para reprimir a los demás, demás, y también fue derrotada en circunstan­cias circunstan­cias históricas bien conocidas. Pero lo que los líderes de Rusia lograron hacer en los últimos años fue la creación de la sociedad sociedad orwelliana en la que lo blanco se dice negro y la servidumbr­e se convierte en sinónimo sinónimo de libertad.

El Kremlin llamó a los ucranianos (decenas (decenas de miles de los cuales mueren en las actuales hostilidad­es) hermanos de los rusos, rusos, y el propio Putin escribió que rusos y ucranianos constituía­n «un solo pueblo». Con el Ejército ruso matando a los lugareños en las profundida­des profundida­des del territorio territorio ucraniano, el ministro de Exteriores Sergei Lavrov insistió en que « Rusia nunca ha atacado a Ucrania», y el patriarca dijo que Rusia nunca inició ninguna guerra. El mismo mismo día, los funcionari­os del Kremlin admitieron admitieron que Rusia no tiene nada que hablar con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Zelenski, pero dijeron que Moscú no tiene intención de derrocar a su gobierno. Rusia repite que está luchando contra los «nazis» en Ucrania, pero defiende un concepto nazi puro del mundo ruso, unido por un «código genético». Dice que no está haciendo la guerra, guerra, pero la policía rusa detiene a decenas de activistas por consignas de « No a la guerra» guerra» y los tribunales rusos sancionan a los ciudadanos que protestan por la paz, porque porque están «desacredit­ando a las Fuerzas Armadas de Rusia». Lo que ha creado Putin no es una sociedad hiperideol­ogizada, hiperideol­ogizada, sino una sociedad basada en una fusión completa de verdad y mentira, donde donde la propaganda se transforma una en otra casi cada minuto.

Hablo de propaganda porque este proceso proceso no puede llamarse «adoctrinam­iento», como lo describen muchos comentaris­tas, porque no hay una «doctrina» a la que pueda pueda vincularse. La propaganda de hoy tiene como objetivo crear admiración hacia un líder (Führer) o un fenómeno (el Estado) independie­ntemente de lo que estén haciendo haciendo (si Hitler declarara a principios de la década de 1940 que los judíos son los amigos amigos más queridos de los alemanes, podría enfrentar más dificultad­es que Putin, quien insistió en que los ucranianos deberían ser asesinados y derrotados meses después de que los llamara «hermanos»). La «gran idea» es algo absolutame­nte ajeno al mundo de la propaganda.

Pero el peligro de la propaganda no proviene proviene sólo de su capacidad para producir guerras y conflictos entre los Estados. Divide Divide también a las sociedades, matando la capacidad para cualquier tipo de representa­ción representa­ción crítica de la realidad. Durante 20 años, Putin ganó las elecciones presidenci­ales presidenci­ales insistiend­o en que derrotó a los «oligarcas» «oligarcas» (el número de multimillo­narios en dólares aumentó de cero a 102 durante su gobierno), restableci­ó el «orden» (mientras que la policía y el poder judicial rusos se convirtier­on en uno de los más corruptos del mundo) y «levantó a Rusia de sus rodillas» rodillas» (se ha convertido en un Estado canalla mucho antes del asalto a Ucrania). A diferencia diferencia de la Alemania nazi o la Unión Soviética, Soviética, donde no hubo elecciones libres, Putin ganó las de Rusia cuatro veces, incluso cuando los ciudadanos pudieron votar por los opositores (sí, no eran demasiado creíbles, creíbles, pero podrían haber sido votados como un signo de protesta). Hay otro tema: no solo se deja engañar a una gran parte de la sociedad, sociedad, sino que esa gente que no lo es, empieza empieza a tratar a la mayoría como tonta y opaca, luchando no tanto contra el gobierno como responsabl­e de lo que está pasando, sino contra sus propios compatriot­as. Esto crea un juego en el que el gobernante siempre gana, ya que puede cambiar su retórica a su antojo. La desnazific­ación en Alemania fue una tarea más fácil de lo que podría ser la desputiniz­ación en Rusia, porque en el caso de Rusia no hay una sola idea que deba ser condenada, y la sociedad no puede curarse fácilmente ya que está profundame­nte dividida, dividida, por lo que cualquier intento de mejorarla mejorarla puede conducir a una «guerra civil fría». Ya no es una sociedad, sino solo una colección de personas que se odian y se desprecian desprecian entre sí.

El caso ruso es el más impresiona­nte que se puede examinar, pero su importanci­a es enorme porque incluso en las sociedades más ricas y educadas pueden volverse propensas propensas a campañas de propaganda, creando comunidade­s divididas y sembrando el odio. Igual que en el siglo XX fue la época en la que las ideologías chocaron, y los últimos cuarenta cuarenta años presenciar­on el resurgimie­nto de las disputas religiosas y étnicas, las próximas décadas pueden caracteriz­arse por los conflictos conflictos sociales e internacio­nales artificial­es cuyas causada son tan inusuales que nadie sería capaz de predecirlo­s como casi nadie podía esperar la invasión rusa en Ucrania.

Rusia no es una sociedad sino un grupo de personas que se odian

 ?? AP ?? Vladimir Putin en una reunión con directivos de la industria petrolera
AP Vladimir Putin en una reunión con directivos de la industria petrolera

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