George Miller, de «Mad Max» al genio de la lámpara
► El australiano se descolgó ayer, fuera de concurso, con la extravagante «Tres mil años esperándote», una fábula romántica concebida como el «anti-Mad Max»
Ocho años después de presentar en Cannes Cannes la revolucionaria «Mad Max: Furia en la carretera» y siete después de meter la pata presidiendo el jurado que otorgó la Palma de Oro a «Yo, Daniel Daniel Blake», el australiano George Miller se descolgó ayer, fuera de concurso, con la extravagante «Tres mil años esperándote», fábula romántica romántica sobre el flirteo, verbal y alucinado, entre Alithea, una solitaria solitaria narratóloga (Tilda Swinton) que cree vivir feliz en la ausencia de deseo, y unDjinn (un genio en una botella interpretado por Idris Elba) que necesita que le pida tres deseos para recuperar su libertad.
Miller, que ha confesado haberla concebido como un «anti-Mad Max», ha realizado una película bipolar. Por un lado, la acción en presente se desarrolla en un solo espacio, en la habitación de un hotel hotel de Estambul. Por otro, ese espacio espacio se abre al multiverso de los relatos relatos fantásticos que el Djinn le cuenta a Alithea. Si «Mad Max» se entendía desde la velocidad y el movimiento en un ejercicio de depuración depuración visual que nos devolvía al