La Razón (Andalucía)

Gatopardos

- Pepe Lugo

ElEl tórrido ferragosto cobi-jó cobi-jó al Príncipe de Salina en la dura tarea de mu-dar mu-dar de piel. No es fácil, dicen que los largos deben perma-necer perma-necer quietos bajo el sol, con la boca abierta mientras se despiden de su pellejo, que pronto olvidan sobre las rocas, porque estos bi-chos bi-chos aprovechan las piedras y sus recodos para cuidarse, para po-nerse po-nerse a salvo. El calor no sólo des-compone, des-compone, también permite crear ilusiones, juegos ópticos con los que dar el cambiazo y distraer a los enemigos. Lo utilizó Salina cuando entendió que había que cambiar el paso para no perder el pelotón, para, ya saben, mantener la corona y el cetro como si nada hubiera pasado, para mantenerse en territorio enemigo con el capa-razón capa-razón a salvo. En realidad, siempre jugó con ventaja porque sabía que nadie le haría nada, su lugar en el mundo sobrepasab­a cualquier veleidad vulgar, para qué quieres vivir como un príncipe si ya no queda ninguno con el que hablar y disfrutar del palacio. Este calor siciliano anticipa el verano que todos quieren, los meses que lle-garán lle-garán después del 19-J, cuando se confirmará que todo permanece tal como lo dejamos cuando Juan-ma Juan-ma Moreno dejó atónitos a todos convocando las elecciones, cuan-do cuan-do ya nadie se lo esperaba. Cosas de los estrategas, que no esperan sorpresas como la de aquel lejano diciembre de 2018 cuando San Telmo bajó de los cielos y se les apareció al PP y Cs. Nada ha cam-biado cam-biado en lo sustancial, la verdad sea dicha, no hemos visto la vuel-ta vuel-ta del calcetín, la verdad, ni salie-ron salie-ron uno detrás de otro los miles de enchufados de la administra­ción paralela, entelequia y munición de la oposición que milagrosa-mente milagrosa-mente desapareci­ó, porque cuan-do cuan-do los populares se hicieron con el mando se dieron cuenta de que todo tenía una profundida­d más compleja, que muy poco no era tan tan malo como se pintó y que había que mantener mucha de la leña que calentó el hogar de los antiguos inquilinos del palacio. Así que mejor apelemos al gato-pardismo, gato-pardismo, para que todo siga igual pero con nosotros dentro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain