La Razón (Andalucía)

«¡Queremos que nos liberen!»

► Contraofen­siva ucraniana Los rusos aumentan los controles mientras los pocos habitantes que se han quedado atrapados bajo la ocupación rusa describen a LA RAZÓN el infierno en Jersón

- Rostyslav Averchuk LEÓPOLIS (UCRANIA) SERVICIO ESPECIAL

Normalment­etoma-ríaNormalm­entetoma-ría Normalment­etoma-ría alrededor de 20 minutos conducir los 25 km hasta el pueblo de Sofiivka desde Jersón. Pero nada ha sido normal desde que las tropas rusas ocuparon la ciudad sureña. Volodimir, Volodimir, un periodista local convertido convertido en voluntario, cuenta con voz tranquila: «Mientras conducimos hacia el pueblo hoy, vimos 10 tanques tanques rusos que se dirigían hacia nosotros. Podrían habernos aplastado aplastado fácilmente, así que tuvimos que parar al lado del camino».

Ya está acostumbra­do. En Sofiivka, Sofiivka, a varios kilómetros de la línea del frente, el sonido de las explosione­s explosione­s es ensordeced­or mientras los dos ejércitos se enfrentan en duelos de artillería.

Volodimir y su esposa Irina trabajan trabajan en el canal local « KhersonTV». KhersonTV». Como los rusos intentaron aislar a la población local de la informació­n informació­n verdadera ya en los primeros primeros días de la invasión, toda la televisión ucraniana dejó de emitirse emitirse y fue reemplazad­a por los canales canales rusos. Junto con sus colegas y amigos, los periodista­s han seguido seguido administra­ndo el sitio web de su canal y grabando vídeos de la ciudad ciudad siempre que pueden. También han decidido utilizar sus recursos y conexiones para ayudar a las personas personas en las aldeas de primera línea recolectan­do y transporta­ndo allí los alimentos y bienes más básicos, como aceite, productos de higiene y medicament­os.

« No tienen nada excepto las verduras verduras que cultivan. Todas las tien

Las tarjetas de crédito ya no sirven, los precios han aumentado cuatro veces y hay carestía

das están cerradas, sus dueños se fueron hace tiempo. Las tarjetas de crédito ahora son meras piezas de plástico, por lo que la gente apenas apenas tiene dinero que pueda usar», dice Volodimir.

Algunos lugareños todavía intentan intentan cultivar trigo, pero el precio es alto. Irina explica: «Vimos una cosechador­a en nuestro camino. Los campos están literalmen­te llenos de proyectile­s, algunos aún sin explotar. También hay incendios incendios por los bombardeos y la gente gente trata desesperad­amente de evitar que el fuego llegue a sus casas». « No sobrevivir­án al invierno invierno si nada cambia», lamenta Volodimir.

La vida en Jersón no es mucho más fácil. Los precios han aumentado aumentado tres o cuatro veces. La mayoría mayoría de la gente no tiene ingresos, todas las grandes tiendas han cerrado. cerrado. « Es como si hubiéramos retrocedid­o 30 años en el tiempo», indica Iryna. « Los comerciant­es exponen el pescado, la leche, la ropa... en las aceras bajo el calor abrasador».

Hay puestos de control rusos por todas partes. Armados, hacen muchas preguntas. Volodimir deja su teléfono en casa para evitar que revisen sus mensajes y fotos. « Eso da miedo. Nunca se sabe exactament­e exactament­e qué puede llamar su atención. atención. Puede que simplement­e no le guste cómo lo miraste». Muchos periodista­s y amigos han sido detenidos. detenidos. «Uno de ellos nos dijo tras ser liberado que tuvo suerte porque porque no lo golpearon demasiado en sus sótanos. Lo presionaba­n psicológic­amente psicológic­amente limitando la cantidad cantidad de comida, espacio y agua que tenía». Otros siguen detenidos o desapareci­dos.

Recienteme­nte, los rusos han duplicado el número de puestos puestos de control en la ciudad. La Inteligenc­ia británica aseguró ayer que los comandante­s comandante­s rusos siguen siguen enfrentánd­ose a un dilema: reforzar sus defensas en torno torno a Jersón y alrededore­s alrededore­s o reabastece­r reabastece­r su ofensiva en el este. Temerosos Temerosos de los milicianos, milicianos, los rusos allanan allanan garajes para buscar armas escondidas escondidas cada mañana. mañana. Si el dueño no está allí, simplement­e simplement­e rompen las cerraduras y toman lo que quieren.

Es lógico que la mayoría de los ucranianos abandone. Volodimir cree que alrededor del 50-60% ya han dejado la ciudad que, según Irina, parece «muerta». Pero no todos todos pueden permitirse el coste y riesgo de un viaje largo e incierto. Hay tres formas de huir de Jersón. La primera es a través del único puesto de control autorizado en Vasylivka, en la región de Zaporiyia. Puede llevar días y es peligroso. Un amigo de Volodimir fue asesinado en su camino hacia allí por un proyectil. proyectil.

Algunas personas atraviesan la Crimea anexada y van a Georgia o viajan unos cinco días a través de la parte europea de Rusia hasta los Estados bálticos. bálticos. « El precio para salir de Jersón Jersón puede llegar a los 600 euros. Imagina una abuela pobre de pueblo...», pueblo...», explica Volodimir. Pero incluso es complicado para los que se lo pueden permitir. Un grupo grupo de conocidos ayuda a transporta­r transporta­r personas a Crimea. La última vez que Volodimir preguntó, había 16.000 personas en la lista de espera. espera. Solo unos 150 pueden salir cada semana.

Irina y Volodimir han decidido quedarse y ayudar a la gente en el campo todo el tiempo que puedan: «Mientras podamos comprar productos productos ucranianos a granel en las bases locales y pagar impuestos a Ucrania, seguiremos haciéndolo». Se está volviendo complicado. Las organizaci­ones humanitari­as grandes, grandes, como la Cruz Roja, no están presentes en la región y no pueden ayudar a los voluntario­s.

Mientras crecen voces de una gran contraofen­siva ucraniana inminente inminente para recuperar a Jersón, el Ejército ucraniano ha bombardead­o bombardead­o el único puente de la ciudad con armas occidental­es. «¡Gracias a Dios! ¡No puedo esperar a que nos liberen!», exclama Irina.

¿Qué harán si el único puente que cruza Dnipro sea destruido? «Remaré a través del río en un bote aquí y allá si es necesario», se ríe Irina. « Nos quedan algunos espaguetis, espaguetis, así que saldremos adelante de todos modos». Y es que para Irina, lo primordial es que «los nuestros» vengan a Jerson. «¡No te imaginas cuánto los estamos esperando!».

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Los militares ucranianos han logrado avances en Jersón. Sus fuerzas se han movido dentro del rango de tiro de los objetivos rusos
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