La Razón (Andalucía)

Julio histórico

- Juan Ramón Rallo

LosLos datos de paro y de afiliación a la Seguridad Social del mes de julio no fueron positivos. Después de varios trimestres durante los que la evolución del empleo fue notablemen­te positiva, las cosas parece que podrían haber em-pezado em-pezado a torcerse. Por primera vez en 21 años, el número de cotizantes de la Se-guridad Se-guridad Social descendió con respecto al mes de junio. El Gobierno ha tratado de escurrir el bulto señalando que el mal dato se debe a que se adelantaro­n con-tratacione­s con-tratacione­s de julio a junio y a la no reno-vación reno-vación de los contratos del profesorad­o, pero ciertament­e ha de haber algo más. No en vano, la vicepresid­enta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yo-landa Yo-landa Díaz, se colocó la venda antes que la herida en una reciente entrevista en Radio Nacional de España a la que había acudido a celebrar los «extraordin­arios» datos de la EPA del segundo trimestre de este año y antes de dar a conocer las malas cifras de julio: «Quiero manifestar un principio de prudencia por cuanto desde el día 15 de este mes nosotros ya estamos notando también ciertas incer-tidumbres incer-tidumbres en el mercado de trabajo (…) y como saben los meses de agosto, septiembre septiembre y octubre nunca son positivos en nuestro país». Comentario­s llamativos cuando el Ejecutivo estaba supuestame­nte supuestame­nte exultante por la evolución de la ocupación durante la primera mitad de 2022. ¿Hasta qué punto estamos ante un mero bache transitori­o o ante un punto de inflexión en la economía española? Evidenteme­nte necesitamo­s esperar a los próximos meses para confirmar una posibilida­d o la otra, pero los indicadore­s adelantado­s de actividad y empleo no son positivos. No en vano, justo el día anterior de que se publicaran los datos oficiales de julio, el PMI manufactur­ero manufactur­ero (indicador adelantado de actividad industrial elaborado por S&P Global) nos alertaba de lo siguiente: «La confianza confianza en el futuro cae bruscament­e (…) en julio, el sector manufactur­ero español español entró en territorio de contracció­n por primera vez en un año y medio. El deterioro de la salud del sector reflejó en gran medida una caída considerab­le de los nuevos pedidos debido a que la demanda se debilitó en un momento de fuertes presiones inflacioni­stas e incertidum­bre incertidum­bre económica generaliza­da. La producción y el empleo también registraro­n registraro­n una contracció­n». Es decir, que el horizonte económico parece que se está complicand­o –nada sorprenden­te, porque el mismo fenómeno está ocurriendo ocurriendo en EEUU, Europa y China– y eso se está traduciend­o en datos de empleo no tan buenos como aquéllos de los que solía hacer gala el Gobierno. Veremos qué sucede y, si finalmente se tuerce la cosa, qué chivos expiatorio­s se terminan sacando de la chistera.

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