Reformismo postergado
QueQue España necesita un buen repaso re-formista re-formista es una evi-dencia evi-dencia cuya consis-tencia consis-tencia se ha ido haciendo cada vez más espesa en el transcurso del tiempo, a medida que el deterioro institucional propiciado por el gobierno Frankenstein ha ido minando todo lo que era sólido y que no había sido reforzado por su ante-cesor ante-cesor Rajoy. Tras éste, su sucesor Sánchez, se encontró con una reta-híla reta-híla de problemas políticos y territo-riales territo-riales que estaban esperando algún tipo de solución y que él agravó al echarse en brazos de una izquierda huérfana de ideas y unos partidos nacionalistas ávidos de escisión. Lo único que funcionaba más o menos bien era la economía, pero la crisis post-covid, prorrogada con los cam-bios cam-bios geoestratégicos propiciados por la guerra en Ucrania, acabó desarre-glándola desarre-glándola sin que el equipo de Nadia Calviño fuera capaz de dar con un diagnóstico realista y unas políticas estructurales orientadas a devolver el PIB a la senda perdida durante los idus de marzo de 2020.
Y en eso estamos ahora en este pa-réntesis pa-réntesis agosteño tan poco propicio al pensamiento, tal vez por los calo-res, calo-res, tal vez por el cansancio. Que Sán-chez Sán-chez no tenga un programa reformis-ta reformis-ta era esperable, pues su política es la de la supervivencia una semana tras otra sin que importe su coste. Pero que el PP dé muestras de que tampo-co tampo-co se plantea extraer de sus esencias liberales, y tal vez también de las de-mocristianas, de-mocristianas, un ambicioso plan de cambios que se extiendan desde lo institucional –separación de pode-res, pode-res, sistema electoral y de partidos, consolidación del estado autonómi-co, autonómi-co, reforzamiento militar– hasta lo social –sistema educativo, coordina-ción coordina-ción sanitaria, vivienda en alquiler, inmigración– y económico –política industrial, explotación de recursos naturales, modernización fiscal, energía, cambio climático– es indu-dablemente indu-dablemente una sorpresa. Da la im-presión im-presión de que, después de la resolu-ción resolu-ción exitosa de su crisis interna, el centro derecha ha postergado el re-formismo re-formismo y se limita a esperar el re-levo re-levo para gestionar la administración y poco más. A Feijóo se le va a dar, casi sin duda, la ocasión de gobernar. Es-peremos Es-peremos que no se mire en el espejo que Rajoy dejó en Moncloa.