¿Por qué gira la Tierra?
El motivo tras la rotación continua de nuestro planeta nos lleva a los propios orígenes del sistema solar
ParaPara entender por qué la Tierra gira en torno a sí misma, tenemos que empezar por el principio de todo. Hace más de 4.600 millones de años, nuestro planeta no era más que una nube de polvo y las partí-culas partí-culas que la conformaban se mo-vían mo-vían de forma anárquica, en todas las direcciones, girando en torno al centro de la nube. No obstante, la gravedad fue atrayéndolas unas a otras, haciendo que chocaran entre sí. Para simplificarlo mucho, las partículas que giraban en sen-tidos sen-tidos contrarios, cuando choca-ban, choca-ban, cancelaban su movimiento o, en algunos casos, primaba el de una partícula sobre el de otra.
Estas «motas» pronto se convir-tieron convir-tieron en rocas y cada poco a poco, choque a choque, parecía ir emer-giendo emer-giendo cierta coordinación, posi-blemente posi-blemente porque, entre aquellas partículas anárquicas de las que partíamos, ya había una mayoría que giraban en el mismo sentido.
Su dirección sería la que acabaría prevaleciendo al final.
Tras las muchas colisiones que separaban esa nube de polvo de un planeta bien conformado, el giro resultante fuera realmente lento. Aquí es donde entra en juego juego una analogía realmente reveladora. reveladora. Durante este proceso, la nube fue encogiéndose mientras rotaba, como un patinador que, tras empezar a girar, comienza a encoger sus brazos pegándolos mucho contra el cuerpo. Gracias a la conservación del momento angular y sin necesitar de ningún impulso extra, el patinador girará cada vez más rápido a medida que encoge sus brazos. Del mismo modo, el ligero giro de aquella nube de materia se potenciará durante durante su «transformación» en algo ya más parecido a un planeta.
El registro más antiguo que tenemos tenemos sobre la velocidad de rotación rotación de nuestro planeta data de hace 620 millones de años e indica que cada día duraba unas 22 horas por aquel entonces. Extrapolando los datos con cautela, los expertos estiman que, hace 4.600 millones de años, cuando se formó la Tierra, Tierra, los días duraban 4 veces menos menos que ahora, tan solo 6 u 8 horas. Sin embargo, desde entonces un gran número de causas han ido frenándonos.
Las fuerzas de marea
Entre las muchas causas de la reducción reducción que hemos experimentado experimentado en nuestra velocidad de giro, una de las más significativas parece parece ser la fuerza gravitatoria que ejercen la Luna y el Sol sobre la Tierra. Estas influencias son conocidas conocidas como «fuerzas de marea» y se deben a que, aunque nos sorprenda, sorprenda, nuestro planeta no es un punto sin dimensiones en el espacio. espacio. Puede parecer complejo, pero esto solo significa que la Tierra tiene volumen, tres dimensiones que se extienden en el espacio y eso es muy relevante para entender entender cómo le afecta la gravedad de otro cuerpo.
Sabemos que la gravedad es una fuerza que atrae a los cuerpos con masa, pero resulta que esta es más intensa cuanto más cerca estén los cuerpos, de hecho, disminuye rápidamente rápidamente a medida que nos alejamos, alejamos, concretamente con el cuadrado cuadrado de la distancia. Esto significa que la parte de la Tierra más cercana a la Luna experimentará experimentará una fuerza de atracción mayor mayor que la más alejada. Esta es la causa del cambio de las mareas, por ejemplo.
Simplificándolo mucho, el agua de nuestro planeta se ve atraída con más fuerza en la zona que está más cercana a la Luna y, por lo tanto, va elevando el nivel del mar a medida que la Luna gira a nuestro nuestro alrededor. Pues bien, este efecto efecto no es exclusivo de los fluidos, puesto que ocurre algo relativamente relativamente parecido con el resto de las estructuras de nuestro planeta, se deforman como si tiráramos de cada uno de sus extremos. Por supuesto, supuesto, hay muchos más movimientos movimientos y estamos hablando de un tema harto complicado. A la rotación se une la famosa traslación, traslación, que consiste en el viaje a lo largo de la órbita de un cuerpo, pero más allá de esos bien conocidos conocidos tenemos otros cuantos de extraños nombres. La Tierra también también sigue el movimiento de precesión, precesión, precesión de perihelio, nutación y bamboleo de Chandler, Chandler, pero eso es otra historia.