Los cruceros exhiben músculo en Málaga
► El objetivo del Puerto de la ciudad es «fortalecer ese status de puerto base para atraer más oferta y más duradera»
El Puerto de Málaga ha dado la bienvenida al otoño con previsiones que confirmarán resultados históricos para el segmento de cruceros, con indicadores superiores a los que se alcanzó en el año 2019 antes de la pandemia del coronavirus. No en vano, los datos del primer semestre del año son «muy buenos, pero serán mejores en el segundo», según avanza la gerente de Málagaport, Pilar FernándezFígares.
En este sentido, subraya que los buenos vaticinios se constatan en circunstancias como haber «normalizado» el flujo de pasajeros después de varios años en los que el aforo de los cruceros estaba limitado, unido al hecho de que el crucerista «ha perdido el temor»a optar por esta modalidad de vacaciones.
Una circunstancia que contribuye «de manera extraordinaria» a desestacionalizar el sector turístico, que prevé no en vano recibir más de ciento setenta cruceros durante la temporada de otoño.
El objetivo, una vez concluidas determinadas amenazas como la crisis sanitaria, pasa por «crecer como puerto base» ya que, según Fernández-Fígares, «el hecho de que los turistas puedan subirse en un crucero en la propia Málaga es un gran plus».
Para ello, se trabaja desde el recinto portuario en «fortalecer ese status de puerto base para atraer más oferta y más duradera, y hacer que no solo se queden en la capital, sino que visiten la provincia e incluso puedan ir a disfrutar de otros grandes atractivos como la Alhambra en Granada».
Además del perfil de crucerista «tipo», existe un potencial de ciudadanos extranjeros «que o bien tienen aquí su segunda residencia o bien se acercan hasta aquí para coger el crucero».
Fernández-Fígares hace hincapié en el potencial que representa la marina de megayates de la capital a partir de una modalidad de embarcaciones, «que han hecho a Málaga posicionarse en el sector de las embarcaciones de lujo». No en vano se trata de buques de ochenta metros de eslora que «suelen atracar y permanecer en nuestras instalaciones hasta seis meses, hibernando hasta que su propietario decide volver a usarlos». En ese período, «el barco no se utiliza pero mantiene una tripulación de entre quince a dieciocho empleados a bordo, dedicados a su mantenimiento».
«El destino es muy importante para esos propietarios que deciden hibernar hasta medio año su buque, y Málaga es sin duda una plaza atractiva para ellos, en la que ya han llegado a coincidir hasta cinco megayates en tiempo», apunta.
Esa presencia en Málaga acarrea un gasto aproximado de entre seis y siete millones de euros que, con independencia de que el 85 por ciento se destina a gastos propios del megayate, «repercute el quince por ciento restante como impacto directo en la ciudad».
El otoño es una de las estaciones más productiva para el turismo de crucero en Málaga, cuyo recinto recibirá un total de 117 en sintonía con los buenos indicadores alcanzados durante el pasado ejercicio.
La marina de megayates posiciona a la capital entre las embarcaciones de lujo
De hecho, la evolución positiva del flujo de pasajeros desde finales de 2022 hasta la actualidad, constata la posibilidad de que exista un incremento importante de cruceristas en relación a la misma temporada del año anterior, pudiendo alcanzar los cerca de 200.000 pasajeros entre los meses de septiembre y noviembre.
Del total de escalas previsto para esta estación, serán siete los buques de diversas compañías que visiten por primera vez el Puerto de Málaga; tres de ellos son nuevos buques de lujo-premium –Seabourn Pursuit, Viking Neptune y el Silver Nova–. Además, el recinto portuario será lugar de inicio y/o finalización de itinerarios en 7 ocasiones.
El día de mayor coincidencia de buques será el viernes 3 de noviembre, durante el cual se prevé el atraque de 5 cruceros de diversos tamaños, lo que facilitará el flujo de pasajeros durante la jornada, así como la diversificación de excursiones programadas.
En relación a la previsión total del año, el Puerto prevé cerrar con cerca de 300 escalas y un flujo de pasajeros ya completamente normalizado.