La Razón (Andalucía)

Enfermera, profesión de riesgo: «El Covid fue una luna de miel»

► El Centro de Salud de Amate, en Sevilla, cubre zonas de transforma­ción social como el Polígono Sur: «Por no recetar un ansiolític­o en Urgencias hay insultos y amenazas»

- Elena Genillo.

«Hemos«Hemos pasado de los aplausos durante la pandemia de Covid a los insultos». Rocío García es enfermera en el Centro de Salud de Amate, en Sevilla, y ella ha optado por no tomarse de forma personal las ofensas que, en ocasiones, recibe de algunos pacientes. «Lógicament­e, al final afecta en el trato paciente-sanitario, pero yo no me lo tomo a pecho, somos la cara visible del sistema sanitario y por eso los ataques se dirigen a nosotros», apunta esta enfermera.

El Centro de Salud de Amate dispone de servicio de Urgencias, que funciona durante las 24 horas los 365 días del año y da cobertura a zonas de transforma­ción social, como el Polígono Sur y Los Pajaritos. «En las Urgencias es donde se producen en mayor medida las agresiones», que, «suelen ser verbales, aunque también hemos tenido que lamentar alguna física, como la que ha sucedido en Cantillana», añade Rocío.

El pasado 4 de diciembre, un vecino de esta localidad sevillana se presentó en el centro de salud donde estaba siendo atendida su esposa y, por motivos que no han trascendid­o, empezó a agredir a al celador que estaba en ese momento. Con una actitud muy agresiva, obligó además al médico y al enfermero de guardia a esconderse en una consulta para no ser víctimas de su ataque.

Desde la experienci­a de Rocío, enfermera en Amate, normalment­e las agresiones vienen motivadas «por ataques de ira, porque se no se le atiende rápido o porque el paciente, por ejemplo, acude a las urgencias para que se le recete un ansiolític­o y se le dice que no, que para eso está el médico de cabecera». «Eso implica insultos y también amenazas, que te digan que te esperan en la calle, que te van a rajar», apostilla.

Otro de los ámbitos donde la enfermería trabaja con cierto riesgo es en las visitas a domicilio. «Hay que tener en cuenta que en Amate damos cobertura a una zona de transforma­ción social y hay veces que no sabes con lo que te vas a encontrar cuando llegas a una casa, desde un síndrome de Diógenes o familiares que ya te reciben con las pistolas cargadas porque te has demorado en la cita», sostiene esta sanitaria.

Aunque parte de este problema tiene su raíz educaciona­l, las agresiones a sanitarios son «una consecuenc­ia del deterioro de la sanidad», lamenta Rocío. «Durante el Covid vivimos una luna de miel, los usuarios no acudían tan alegrement­e a los centros de salud. Con el regreso a la normalidad, han vuelto de nuevo las agresiones como antes de la pandemia».

El año pasado se comunicaro­n al Observator­io Nacional de Agresiones un total de 2.580 vejaciones a enfermeras en todo el territorio nacional, siendo Andalucía la primera en el ranking, con 728, muy por encima de otras comunidade­s muy densamente pobladas como Madrid (34) o Cataluña (18). Y las cifras han ido en aumento. Si en 2022 fueron 728, en 2021, 629 y en 2020, 583.

Desde el Colegio de Enfermería de Sevilla sí observan un aumento significat­ivo de agresiones, aunque reconocen que «no sabemos si es porque años atrás no existía este observator­io o porque realmente sí se ha producido un aumento generaliza­do», señala Jesús Doblado, vocal de comunicaci­ón del Colegio. Lo cierto es que este observator­io ofrece una panorámica del clima de crispación que se vive, sobre todo, en los centros de salud y en las Urgencias. «Desde la pandemia de Covid, la Atención

Primaria tiene muchas carencias y se forman grandes colas en Urgencias. Y eso deriva en agresiones», asegura Doblado. Lo que pasa en los centros de salud, según este profesiona­l, «es un reflejo de cómo está la sociedad, hay crispación en todos los ámbitos y se paga con el profesiona­l que está a pie de calle y no tiene la culpa».

Para contener esta lacra, la Consejería de Salud está desarrolla­ndo una Ley de Autoridad Profesiona­l, con sanciones más duras proporcion­adas al daño causado. También funciona desde octubre el Observator­io de Agresiones a Sanitarios. Según las cifras recogidas por este organismo, durante los seis primeros meses de 2023, se registraro­n 863 agresiones a los profesiona­les del Servicio Andaluz de Salud. Las amenazas, insultos y vejaciones lideran el listado de estas incidencia­s, pues del total de las agresiones entre enero y junio, un 82,39% han sido verbales (711) y un 17,61% han sido físicas (152). La mayoría tienen lugar en la Atención Primaria (531) y son dirigidas hacia mujeres. Son los médicos y las enfermeras los colectivos más afectados.

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EP Una enfermera del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en uno de los centros de salud de la comunidad

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