Quejas sobre el operativo en las declaraciones de los guardias civiles de Barbate
► Agentes que sobrevivieron al ataque de la narcolancha implican a otras dos embarcaciones en el acoso a la patrullera
DosDos de los cuatro guardias civiles que el pasado 9 de febrero sobrevivieron en el puerto de Barbate (Cádiz) al ataque de una narcolancha, una embestida que provocó la muerte de dos agentes, Miguel Ángel González Gómez y David Pérez Carracedo, implicaron ayer a otras dos embarcaciones en el acoso a la zódiac del Instituto Armado y –según fuentes jurídicas– uno de ellos se quejó de la falta de medios con los que tuvieron que enfrentarse a los narcotraficantes. En su declaración como testigos, según las fuentes consultadas, confirmaron a la jueza que investiga los asesinatos que se trató de una acción intencionada:«Vinieronapornosotros».Sin embargo, no pudieron identificar a sus tripulantes.
En la comparecencia en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate, explicaron que antes de la última acometida, tres embarcaciones, dos grandes y una pequeña, «estuvieron rodeándoles y que fue la de mayores dimensiones» la que terminó embistiéndoles. «Después de dar las seis vueltas una de las lanchas grandes enderezó y vino a por nosotros», recordó uno de los guardias civiles.
La magistrada dejó claro antes de empezar que no quería «revictimizar» a los agentes y pidió a defensas y acusaciones que acotasen sus preguntas, llegando incluso a declarar impertinente alguna de ellas.
Uno de los agentes contó que utilizaron la zódiac del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) porque las patrulleras no podía salir por el temporal. Lo hicieron, explicaron, sin las armas largas (el fusil de asalto) e incluso dos de ellos tuvieron que doblar turno porque estaban trabajando desde por la mañana.
Respecto al ataque, aseguraron que vieron de pronto cómo una de las embarcaciones de mayores dimensiones «viene hacia ellos» y aunque intentaron «ponerse a cubierto», finalmente «les atraviesa». A consecuencia del brutal impacto dos de sus compañeros (los fallecidos) sufrieron un traumatismo craneoencefálico severo y aunque intentaron asistirles «no pudieron hacer nada». Sí consiguieron auxiliar a otro de los agentes, a quien practicaron «un torniquete táctico en el brazo» y evitaron así una hemorragia que podía ser fatal.
Según la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil –que finalmente ha descartado que los seis detenidos sean los autores materiales del asesinato de los dos agentes–, los tripulantes de la narcolancha actuaron con la «clara» intención de acabar con sus vidas y conscientes de que estaban embistiendo a una embarcación oficial de la Benemérita ocupada por varios guardias civiles.
El análisis de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del puerto de Barbate ha evidenciado que el día de los hechos de las seis embarcaciones de alta velocidad que se encontraban allí solo dos disponían de cuatro motores y únicamente una de ellas, de casco de color negro, contaba con una sola antena. Tripulada por una persona con una prenda «de tono anaranjado» esta fue precisamente la que arrolló a la patrullera.
Los agentes localizaron en el teléfono de uno de los investigados, José Antonio G. C., una grabación «de enorme trascendencia para la investigación», que él mismo realizó desde otra de las narcolanchas. La misma recoge «la secuencia de movimientos previos efectuados por una narcolancha» antes, durante y después de llevar a cabo la agresión, que por tanto fue grabada en vídeo.
Este vídeo ha resultado clave para descartar que fuese la narcolancha de Javier M. P., «Kiko el Cabra» –intervenida el pasado 10 de febrero en la playa La Hacienda de La Línea de la Concepción– la que arremetió contra los agentes y que, por tanto, los seis investigados en prisión sean los autores materiales del doble asesinato.
No obstante, esas imágenes «no ofrecen el detalle suficiente para alcanzar la plena identificación» de sus ocupantes».