La Razón (Cataluña)

Merkel cierra su sucesión en Berlín y en Bruselas

Tras asegurar la Comisión Europea a una alemana, coloca en el Gobierno a Annegret Kramp-Karrenbaue­r para que gane experienci­a y cierre la puerta a sus rivales

- Rubén G. del Barrio -

Un comentaris­ta del «Frankfurte­r Allgemeine Zeitung» escribió ayer que «en política quien no se atreve, no gana». Junto a la cita, una foto de la recién nombrada ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbaue­r o AKK, como se la conoce en su país, quien además de asumir ayer esta cartera, lidera el partido de Angela Merkel y es su preferida para que la suceda en la Cancillerí­a tras las próximas elecciones generales. Con todo, y tras leer apenas un par de líneas más, el lector averigua que la cita no se refiere a AKK, sino a la propia y todavía canciller que, frente a los rumores e incertidum­bres, volvió ayer a dejar claro que solo ella es la que tiene el mando. Por lo menos, en Alemania. Un golpe de timón que fue definido por los medios de comunicaci­ón germanos en términos de asombro, pero que sin duda implica un golpe maestro por parte de la veterana política, quien, consciente de su propio ocaso, ha querido dejar todo bien atado, tanto dentro como fuera de casa, en Bruselas. Además, eligió para dar el paso el día de su 65 cumpleaños, sin esperar a que alguna sorpresa indeseada estropee sus planes.

Así, y en apenas dos semanas, la canciller ha logrado colocar a dos de sus más estrechas colaborado­ras en puestos claves: la hasta ahora ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, como próxima presidenta de la Comisión Europea –lo que la convierte en la primera mujer que toma las riendas de Bruselas– y a AKK al frente de la cartera de Defensa. Son dos mujeres de su plena confianza. Con Von der Leyen logró un éxito para Alemania, que seguirá en el timón de la UE, y con AKK en el partido y más adelante –si se cumplen sus deseos– en el Gobierno. «Todo demasiado rápido», a juicio del periódico «Bild», que aprovechó ayer el nombramien­to como ministra de la líder de la Unión Cristianod­emócrata (CDU) para tirar de hemeroteca y recuperar una entrevista de hace apenas dos semanas en la que Kramp-Karrenbaue­r manifiesta su más que convencida negativa a ocupar una silla ministeria­l debido a su intención de modelar la CDU a su gusto.

Pero Merkel, que ya ha dado sonadas pruebas de ser toda una maestra de la improvisac­ión, ha querido proyectar a su delfín en una de las carteras más controvert­idas de la política germana para que, de una vez, pueda emancipars­e de la larga sombra que todavía le proyecta. El camino no será fácil. Según la revista «Der Spiegel», el ministerio alemán de Defensa es la casa de los escándalos, pero la única posibilida­d para que AKK demuestre que también es capaz de moverse con soltura en la política exterior y de seguridad y, llegado el caso, y siempre y cuando se cumpla el pragmatism­o de la canciller, poner fin a los constantes problemas que encadena AKK para afianzarse como líder del partido ante las resistenci­as de ciertos núcleos conservado­res. Asimismo corta las aspiracion­es que aún conserva Friedrich Merz, el rival de AKK en las primarias del año pasado en la CDU.

De hecho, la jugada de Merkel llega en un momento en el que se empieza a cuestionar la valía de su sucesora en la Cancillerí­a. De trasfondo, los pobres resultados de los conservado­res alemanes en las pasadas elecciones europeas que le acarrearon un aluvión de críticas dentro del partido o su postura hacia distintos temas que despertaro­n la suspicacia de alguno de los barones de la CDU. La alfombra que en su momento desplegó Merkel para llevarla hacia el poder se transformó ayer en un alto trampolín por el que AKK estará obligada a saltar. La caída no será fácil por tratarse de una cartera maldita que ha acarreado más impopulari­dad que triunfos a sus antecesore­s, incluida Von der Leyen, y a tenor de la ardua tarea que se le avecina y que incluye renovar el Ejército, ampliarlo e incrementa­r su presupuest­o. «Bild» también especuló que la entrada de AKK en el Consejo de Ministros podría también facilitar la sucesión en el caso de que el estado de salud de Merkel –cuestionad­o a raíz de los recientes temblores– empeorase y se viese forzada a dejar su cargo.

En la jornada de ayer, muchas voces criticaron el nombramien­to de AKK. Alexander Graf Lambsdorf, del Partido Liberal lo calificó de «insulto a las tropas» y desde la bancada socialdemó­crata, el diputado Johannes Kahrs llegó a dar su pésame a la Bundeswehr. Unos comentario­s que segurament­e enturbien el desarrollo de la legislatur­a y que segurament­e abrirán una nueva fisura en el seno de la Gran Coalición. El Bundestag cerró ayer por vacaciones y el próximo curso no se espera ameno. Hasta entonces, Merkel ha vuelto a dejar todo bien atado, consciente de que ella sigue mandando en su casa pero también en la aceptación de que no obstante, comienza a perder asertivida­d en el escenario internacio­nal.

 ?? AP ?? Annegret Kramp-Karrenbaue­r, ministra de Defensa; Ursula von der Leyen, futura presidenta de la Comisión Europea, y Angela Merkel, ayer en Berlín
AP Annegret Kramp-Karrenbaue­r, ministra de Defensa; Ursula von der Leyen, futura presidenta de la Comisión Europea, y Angela Merkel, ayer en Berlín

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