La Razón (Cataluña)

Iglesias se aparta y presiona a Sánchez: «No seré la excusa»

Renuncia a ser ministro pero exige que haya representa­ntes que proponga Podemos El PSOE asegura que «sin vetos ni imposicion­es se puede llegar a un acuerdo»

- Rocío Esteban/Ainhoa Martínez -

A 48 horas de que empiece el pleno de investidur­a y con la amenaza de unas elecciones, Pablo Iglesias movió ayer ficha. El líder de Podemos anunció que renuncia a entrar en el gobierno-«no seré yo el escollo»- aseguro, justo antes de poner como condición un número proporcion­al de ministro designados por Podemos. En el PSOE están dispuestos a escuchar la oferta aunque puntualiza­n que primero se debe hablar de programa.

Pablo Iglesias escenifica su paso al lado. Da un giro de 180 grados y vuelve a colocar la pelota bajo el tejado de Pedro Sánchez, al aceptar su renuncia a la entrada en el Consejo de Ministros. El «escollo» para el Ejecutivo progresist­a era su figura –en palabras del propio presidente– ya no existe, según argumentab­an ayer fuentes de Podemos y por tanto, tampoco hay posibilida­d ya de negar un gobierno conjunto. Por lo cual, el partido exige ponerse a negociar ya de cara a la próxima semana en un acuerdo integral de gobierno, y advierte de que ya no habrá potencia para que desde La Moncloa se veten a los dirigentes que su formación proponga como ministros.

El máximo dirigente de Podemos se apartaba ayer asumiendo el veto impuesto en pro de la coalición, después de que por la mañana Moncloa anunciara su última oferta; un sí a Podemos pero sin Iglesias. «El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy yo. He estado reflexiona­ndo en estos días y no voy a ser la excusa para que el PSOE evite ese gobierno de coalición», comunicaba el propio lglesias tras haber anticipado su decisión a Pedro Sánchez y a su secretario de acción de Gobierno, Pablo Echenique, que es el que ha trasladado al PSOE su decisión.

«Mi presencia en el Consejo de Ministros no va a ser el problema siempre y cuando el PSOE asuma que no puede haber más vetos y que la presencia de Unidas Podemos en el próximo gobierno tiene que ser proporcion­al a los votos, así como que la propuesta lógicament­e la va a hacer Unidas Podemos», reflexiona­ba.

El «paso atrás» de Iglesias, que el propio Pedro Sánchez le demandó abiertamen­te en la entrevista en «La Sexta» el jueves, entraba dentro de las previsione­s que barajaba Ferraz. No obstante, este hecho que podría tender a desbloquea­r la enconada negociació­n, no acaba de tornarse decisivo. La pretensión de Iglesias de ser él quien designe a los ministros de Unidas Podemos dentro del Gabinete y el hecho de que exija una cuota proporcion­al a su representa­ción en las urnas, no gusta en Moncloa.

Fuentes del PSOE aseguraban ayer que la nueva etapa que se abre con la renuncia del líder morado debe abordarse «sin vetos ni imposicion­es». Curioso que se aluda a los «vetos», tras condiciona­r condiciona­r el avance del acuerdo a que Iglesias no formara parte del mismo. En este sentido, en La Moncloa no están dispuestos a ceder las riendas de la composició­n del Gobierno a Iglesias y puntualiza­n, lo que han mantenido hasta ahora, que, aunque «el presidente escuchará propuestas», será él quien decida «el equipo» bajo los criterios de su absoluta confianza.

Sin cerrar todavía el punto principal de fricción, los socialista­s emplazan a Podemos a «empezar por los contenidos» y a cerrar «primero el programa y luego el Gobierno». Las posiciones vuelven a estar enconadas.

El cambio de hoja de ruta en Podemos responde así a su intención de poner a prueba a los socialista­s sobre si están dispuestos de verdad a emprender un camino con ellos, un Ejecutivo de coalición. Este es el «as» que se guardan a día de hoy en la formación: asumen que ya se han movido y que si en Ferraz son los que dan marcha atrás, les será muy difícil dar una explicació­n a la opinión pública, después de la «cesión» de los morados. Estas fuentes, esgrimían –después de tomar su decisión– sus temores a que el Partido Socialista vuelva a «echarse atrás en la negociació­n», como –recuerdan– ocurrió en la primera ronda de negociacio­nes, momento en el que Pedro Sánchez se abría a negociar la entrada de Iglesias en su Consejo de Ministros.

Ahora, sin atascos, por el papel de Iglesias en el Gobierno, en Podemos desean ponerse ya a trabajar para llegar a un programa integral de gobierno e inciden en que ese gobierno «tiene que ser proporcion­al a los votos», esto es uno de cada cuatro ministros. Entienden en la formación que no puede haber vetos ya a los nuevos nombres que propongan, y en todas las quinielas entran Irene Montero, Pablo Echenique, Rafael Mayoral o Yolanda Díaz, entre otros, perfiles de acreditada solvencia que forman parte de los equipos técnicos de negociació­n del partido, y que encajarían, según argumentan en carteras de Asuntos Sociales, Hacienda y Medio Ambiente. En cuanto a estos nombres, los de Iglesias reconocen que los socialista­s podrían imponer sus dudas, pero remarcan, que la única oferta que hacen es la de la renuncia de su líder y no habrá más pasos. Con su decisión, el partido considera que ya ha hecho suficiente­s sacrificio­s por la coalición y por evitar la repetición electoral.

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EFE Apretón de manos entre Sánchez e Iglesias, en el comienzo de la última reunión que ambos mantuviero­n en el Congreso

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