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Los jueces aseguran que los cascos azules holandeses no podían evitar la muerte de un grupo de bosnios
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Holanda sigue intentando exorcizar sus demonios pasados, no sin polémica, y siempre –hasta el momento– en falso. El Tribunal Supremo del país falló ayer a favor de responsabilizar a los cascos azules del país por el genocidio que tuvo lugar en la ciudad bosnia Srebrenica durante la guerra de los Balcanes, concretamente por lo sucedido en la base de Polocari. La novedad de la sentencia radica en que el Alto Tribunal holandés acota tan sólo en un 10% la responsabilidad del Estado en la muerte de 350 varones musulmanes en 1995, lo que también limita las indemnizaciones que pueden reseparados cibir los familiares de las víctimas, que habían recurrido la sentencia del año 2017 de la Corte de Apelación de la Haya que había cifrado en un 30% la responsabilidad del Estado por la tragedia. Ahora las familias, agrupadas en la asociación Madres de Srebrenica, aún pueden recurrir el nuevo fallo ante el Tribunal de Estrasburgo.
¿Qué sucedió exactamente? ¿Por qué ahora el Alto Tribunal fija la cifra en tan sólo 10%? Tras la disolución de Yugoslavia en 1991, esta ciudad de mayoría musulmana fue declarada una zona segura en abril de 1993. Esto no impidió que fuera rodeada por el Ejército serbobosnio y sometida a un continuado asedio hasta que, en el año 1995, fuese invadida por las tropas serbobosnias. Las decenas de refugiados huyeron al campamento de las fuerzas de la ONU en Polocari, al norte de la ciudad mientras otros se escondieron en las montañas. Este campamento estaba comandado por los miembros del Dutchbat, el batallón holandés de los cascos azules, quienes fueron responsables del proceso de evacuación.
Las tropas serbobosnias estaban comandadas por el general Ratko Mladic, el «carnicero de los Balcanes», quien, tras entrevistarse con los altos mandos de los cascos azules consiguió el acceso al campamento de Potocari y pidió que hombres y mujeres fueran para la evacuación. Posteriormente, estos 350 hombres, entre un grupo de unas 5.000 personas, fueron ejecutados. El fallo estima que los cascos azules «negaron a las 350 víctimas la oportunidad de evitar a los soldados serbobosnios, una posibilidad escasa, pero no desdeñable», ya que les forzaron a subir a los autobuses de los evacuados en vez de permitirles quedarse en la base. El tribunal considera al Estado responsable en un 10% porque cree que los serbobosnios tenían« todos los medios para buscarlos y arrestarlos» y« de ningunamanera hubieran podido evitar que los serbios capturaran a los varones y los mataran».