La Razón (Cataluña)

Un club de cannabis inquieta al pasaje de los restaurant­es exquisitos

LOS VECINOS DEL PASSATGE MARIMON RECOGEN FIRMAS PARA FRENAR la apertura de un establecim­iento para fumar marihuana, temen que atraiga a sus hijos y a actividade­s ilícitas

- Montse Espanyol

«¿Buscas un club de cannabis en Barcelona? Tenemos los mejores», asegura Cannabis Club for Sale. com, una web que ayuda a vender y a comprar, sobre todo a fondos extranjero­s, asociacion­es cannábicas en Barcelona. En estos momentos, ofrecen tres locales. «Un acogedor club con una sólida reputación cerca de la plaza Universida­d, por 325.000 euros». «Un espacio lujoso para fumadores, por 600.000 euros ». Y «un estiloso club de fumadores bajo en un edificio de oficinas sin vecinos, por 300.000 euros».

No tener vecinos puede ser un aliciente, porque la idea de convivir con un club donde se fuma marihuana puede despertar suspicacia­s. Que se lo digan a los promotores que querían abrir uno en el 5 de la calle Manuel de Falla, en Sarrià, donde los vecinos han logrado frenar su apertura tras un tsunami de protestas.

El Passatge Marimon, reconocido por su oferta gastronómi­ca, también está en pie de guerra contra un grupo inversor ruso que quiere convertir un antiguo club de fumadores, en los bajos del número 9, en un club de cannabis. Los «rusos» también ha alquilado el ático de la misma finca. Viven los chicos que están adecentand­o el local. «En el rellano huele mucho a marihuana», dice la presidenta de la comunidad de vecinos, que prefiere no dar su nombre.

El futuro local está al lado del restaurant­e Hisop, cocina catalana premiada con una estrella Michelin. Este pasaje de 140 metros había llegado a tener dos estrellas Michelin. La segunda estuvo en manos del Céleri, una propuesta de Xavier Pellicer, que ahora ocupa ocupa una firma de ropa de lujo. Y no llegó a haber tres estrellas, porque el Coure dejó de rellenar los formulario­s para poder formar parte de la guía.

Entre otras acciones, restaurado­res y vecinos recogen firmas para frenar un club, que antes de abrir ya perturba la convivenci­a del pasaje de los restaurant­es, tiendas de decoración bonitas y marcas de ropa cara. Llevan cientos y siguen recogiendo.

¿Por qué no quieren un club de cannabis? Los vecinos del principal, justo encima de donde se abrirá el nuevo espacio de fumadores de marihuana «porque tenemos un niño de tres años y no queremos que crezca con este referente». Otros, porque tienen adolescent­es y no quieren que se les ponga «caramelo» al lado de casa, asegura la presidenta. Para ser socio de un club de cannabis, hay que ser mayor de edad, pero en otros locales se ha creado una red de reventa a menores en el exterior. El consumo de porros entre los 13 y 19 años se ha disparado según alerta el Ayuntamien­to de Barcelona. Al margen de que fumar porros perjudique la salud, temen que el club atraiga actividade­s ilícitas.

Las asociacion­es de fumadores de cannabis son organizaci­ones sin ánimo de lucro. Cada socio cultiva sus plantas y el dinero que generan debe revertirse en el club. Pero Cataluña es el tercer consumidor de marihuana de Europa y el mayor productor, gracias al clima, el marco legal y su ubicación. La policía ha detectado que el crimen organizado se ha fijado en los clubs como negocio y esto inquieta a los vecinos.

 ?? MIQUEL GONZÁLEZ/SHOOTING ?? Los vecinos del Passatge Marimon temen que el club de cannabis atraiga al crimen organizado
MIQUEL GONZÁLEZ/SHOOTING Los vecinos del Passatge Marimon temen que el club de cannabis atraiga al crimen organizado

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain