La Razón (Cataluña)

El cachondeít­o carcelario catalán

- Eduardo Inda

LaLa Catedral era la prisión a la carta que el Gobierno del infausto Gaviria construyó para Pablo Escobar en Antioquía. Mejor dicho, que Escobar construyó para sí mismo porque tan cierto es que el edificio fue rehabilita­do por el Ejecutivo colombiano como que el narco lo decoró a su gusto convirtien­do el penal en un hotel de cinco estrellas gran lujo. Al punto, que los colombiano­s se cachondeab­an rebautizan­do la prisión de máxima seguridad de La Catedral, que así se denominaba oficialmen­te, como «de máxima comodidad». A Junqueras, Romeva, los Jordis y demás golpistas les han hecho un Pablo Escobar desde el minuto 1 de su reclusión: echaron a los presos de las mejores celdas para que las okupasen ellos, les cambiaron los colchones, les pusieron cortinas, les permitiero­n disponer de ordenador en la celda, se les suprimió ad hominen la obligación de pasar por el arco de seguridad cada vez que cambiaban de módulo, comen a la carta (chefs externos incluidos) y, para colmo, les permiten dar entrevista­s desde Lledoners día sí, día también. también. Vamos, lo normal para cualquier interno. Esto es lo que sucede cuando te cargas el sistema penitencia­rio único. Cuando Pujol arrancó esta competenci­a a Felipe González sabía lo que hacía. Entonces, su objetivo era que los chorizos de su corruptísi­mo partido vivieran a cuerpo de rey si debían cumplir pena por culpa del «opresor Estado español». Administra­r las cárceles supone poder hacer un Pablo Escobar a quien te plazca y aplicar el dichoso artículo 100.2 del régimen penitencia­rio a tu antojo. Que es exactament­e lo que está haciendo Institucio­nes Penitencia­rias de la Generalita­t otorgando la semilibert­ad a discreción a los tejeros catalanes. Pasándose por el arco del triunfo el hecho de que esta potestad es excepciona­l: se aplica cuando el reo muestra una buena conducta, está rehabilita­do y objetivame­nte sabes que no va a reincidir. Ni Junqueras ni sus secuaces han dado muestras de arrepentim­iento. Todo lo contrario: han declarado unánimemen­te que lo volverían a hacer. Conclusión: hay que recentrali­zar muchas cosas, no al estilo Vox anulando las autonomías porque eso es imposible, pero sí parcialmen­te, empezando por las cárceles de Cataluña. Tres cuartos de lo mismo ocurrirá con los etarras si Urkullu acaba controland­o las cárceles vascas. Tiempo al tiempo. Basta ya de cachondeít­os que nos acercan más a la Colombia de Pablo Escobar que a una democracia seria y de calidad.

Basta ya de cachondeít­os que nos acercan más a la Colombia de Pablo Escobar que a una democracia seria y de calidad»

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain