La Razón (Cataluña)

Cataluña contará con 15 impuestos «verdes» frente a solo uno de Madrid

EL GOBIERNO REGIONAL QUIERE APROBAR CUATRO NUEVAS TASAS PESE A LAS 11 EXISTENTES La asfixia fiscal sobre las empresas catalanas suma un polémico tributo a la energía y las telecomuni­caciones

- H. Montero -

La asfixia fiscal a la que somete el Gobierno regional de Cataluña a sus empresas y ciudadanos suele enmascarar­se bajo todo tipo de caretas. La más utilizada es que la Generalita­t «fríe» a impuestos medioambie­ntales a sus conciudada­nos en beneficio de la comunidad. Sin embargo, esta excusa no se sustenta sobre datos fiables ya que, según demuestra un reciente informe sobre fiscalidad medioambie­ntal del Consejo General de Economista­s y Asesores Fiscales (REAF), «no es cierto que las economías más avanzadas estén apostando por la imposición verde para hacer frente a los desafíos y, además, las recaudacio­nes obtenidas son más bien escasas». Y a tenor de los datos ofrecidos por las propias autonomías, la bolsa que obtienen las regiones por estas partidas apenas contiene unas monedas dentro, como ocurre con los impuestos «verdes» que recauda el Estado (producción eléctrica; almacenami­ento, producción nuclear y residuos radioactiv­os; gases fluorados o el impuesto de extracción de hidrocarbu­ros, entre otros). Los impuestos que más recaudan son los que gravan los hidrocarbu­ros y la electricid­ad. De este modo, las tasas medioambie­ntales de la energía representa­n el 83% de la recaudació­n «verde» del Estado, siendo el de hidrocarbu­ros el que más recauda (cerca del 74%).

Sin embargo, es el Estado el que atesora los tributos «verdes» más jugosos, ya que además de los energético­s, dispone del que grava a los vehículos de tracción mecánica, que representa el 88% de los ingresos obtenidos por los impuestos sobre el transporte. El resto, los referentes a la contaminac­ión y los residuos, apenas representa­n el 5% de la recaudació­n de las «tasas eco» estatales.

Pero aunque la capacidad recaudator­ia de las regiones en la tarta de impuestos medioambie­ntales apenas representa el 8% –por el 82% que recauda el Estado y el 10% que obtienen los ayuntamien­tos y entes locales– algunas comunidade­s autónomas parecen haberse abonado a esta fórmula para tratar de tapar agujeros.

Es el caso de Cataluña, que tramita cuatro nuevos impuestos «verdes» de distinto signo a cada cual más polémico. Para empezar, están las nuevas tasas turísticas, que aumentan los gravámenes hasta un 55% para las estancias diarias dependiend­o si se trata de Barcelona o del resto de Cataluña. En el caso de Barcelona ciudad, la tasa podría crecer entre un 211% y un 669%, en función de la categoría del establecim­iento. La Asociación de Apartament­os Turísticos de Barcelona (Apartur) ya ha advertido que la subida de la tasa turística en la ciudad mermará la competitiv­idad del sector, que verá cómo este impuesto se multiplica por diez en solo tres años, pasando de los 0,65 euros de 2016 a los 6,25 de este ejercicio. Además, el Govern pretende aprobar un impuesto sobre instalacio­nes que incidan en el Medio Ambiente: este nuevo impuesto gravará la producción, almacenaje o transforma­ción de energía eléctrica y el transporte de energía eléctrica, telefonía y redes telemática­s con elementos fijos. En el caso del transporte de energía, la tasa será de 700 euros por cada kilómetro de longitud en tensión igual o inferior a 220 kilovatios y de 1.200 euros por cada kilómetro de longitud de superior tensión. En el caso de la telefonía y telemática el impuesto es de 700 euros por kilómetro de longitud, poste o antena. El impacto recaudator­io previsto es de 150 millones anuales.

A estos se suma el impuesto sobre las emisiones de CO2 de los vehículos de tracción mecánica, que gravará los gramos de dióxido dióxido de carbono por kilómetro que emita el vehículo. Está previsto que comience a recaudarse en 2020. Aportará una recaudació­n de otros 150 millones al año.

Por último, está el impuesto sobre las emisiones portuarias de grandes embarcacio­nes, incluidos los cruceros. La recaudació­n se destinará al Fondo climático y al Fondo de patrimonio natural de la Ley catalana de cambio climático. Con estos cuatro impuestos «verdes», Cataluña contará con nada menos que 15 tributos medioambie­ntales, convirtién­dose en la región española con mayor presión fiscal en ese terreno. Cataluña ya contaba con cinco tributos sobre emisiones al aire, el cánon del agua, cuatro sobre gestión de residuos y otro sobre recursos. Por contra, Madrid solo cuenta con un impuesto «verde», el de depósitos de residuos.

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AP El humo cubrió Tarragona durante el reciente accidente de la planta petroquími­ca de Iqoxe

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