La Guardia Urbana critica la falta de consenso en su reorganización
El sindicato mayoritario, CIF, lamenta que el nuevo modelo, que aligera las tareas administrativas para un centenar de agentes, «no ha sido consensuado» por todas las partes
Tras varios meses de quejas por parte del cuerpo, el primer teniente de alcalde , Jaume Collboni, y el teniente de Seguridad Albert Batlle, anunciaron el sábado una reorganización de la Guardia Urbana.
No obstante, el principal sindicato del cuerpo, el CSIF, no se mostró de nuevo muy de acuerdo con estas medidas. En un comunicado, se refirieron a las medidas tomadas por el Ayuntamiento que lidera Ada Colau.
En referencia al anuncio de unas nuevas medidas que en teoría tendrían que favorecer a los agentes de la Guardia Urbana, dijeron que «asistimos a una declaración de un modelo policial, que no ha sido consensuado dentro de un pacto local por la Seguridad, donde se tenía que tener en cuenta a todos los actores políticos, sociedad civil y actores sociales ( sindicatos). Desde CSIF vemos en estas declaraciones falta el rigor».
Concretamente, el Ayuntamiento anunció que actualizará y «mejorará» la estructura organizativa del cuerpo, lo que en teoría tendría que liberar a un centenar de agentes de tareas administrativas y ponerlos «en la calle».
Siguiendo con el comunicado de CSIF, señala que «los recursos humanos, materiales e infraestructuras, son básicas para paliar la situación que padece Barcelona, generada por el anterior gobierno Municipal. A todo esto se debe de sumar la actual crisis interna que padece la Guardia Urbana» de la ciudad, y que «aún no hemos hecho publica».
En principio, las citadas medidas servirán para incorporar un equipo de personal administrativo y técnico no uniformado distribuido por toda la ciudad. «La policía debe hacer de policía», insistieron desde la presentación del Consistorio.
Desde CSIF, sin embargo, señalaron que «esta crisis, viene dada, por las malas condiciones sociolaborales, econonómicas y profesionales que tiene la Guardia Urbana, que se han visto agrabadas al inicio del nuevo calendario laboral para 2020».
Pero hay más quejas. «A ello se le ha de sumar la falta de políticas públicas en seguridad, la falta de apoyo institucional y la pérdida del principio de autoridad que arrastramos del anterior mandato. Desde CSIF somos excepticos a estas declaraciones. La oferta pública de este año, es una burda mentira, entre otras cosas. Creemos que es un punto y seguido al anterior mandato». Se trata de un comunicado que no hace nada más que confirmar un divorcio que existe desde hace ya muchos años.
No hace falta ir muy atrás para hallar pruebas de este divorcio, y ni siquiera lo solucionó el nombramiento de Pedro Velázquez como nuevo jefe intendente del cuerpo, lo que podría augurar una nueva etapa. Hay aún deberes pendientes, sobre todo en lo que respecta a la gestión de la alcaldesa, Ada Colau.
Desde CSIF, su portavoz, Eugenio Zambrano, señaló a LA RAZÓN que «se trata de una nueva etapa, y la debemos aprovechar», en referencia al nombramiento de Velázquez. De momento, los principales sindicatos desearon buena suerte a su nuevo máximo responsable, pero también se quejaron de que fue el único candidato, dando a entender que fue elegido «a dedo». El deseo de la Guardia Urbana, ahora mismo, es definir el modelo policial para la ciudad.