La Razón (Cataluña)

Milagro en la cirugía: trasplanta­n un corazón parado por primera vez en España

Hasta ahora, en España, solo eran aptos para la donación los de pacientes en muerte encefálica. El Hospital Puerta de Hierro de Madrid realiza por primera vez en nuestro país un trasplante de corazón de un donante en parada cardioresp­iratoria

- ELENA GENILLO -

HastaHasta hace muy poco se creía que el corazón de una persona que fallecía tras una parada cardiorres­piratoria no era apto para la donación, así que solo se utilizaban los que procedían de pacientes con muerte encefálica en España. Pero el Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Puerta del Hierro de Madrid ha desafiado lo que se considerab­a una evidencia científica.

Jorge W. Pavón, un paciente ecuatorian­o con una enfermedad hereditari­a del corazón –la misma que acabó con la vida de forma prematura de su padre y varios tíos– fue trasplanta­do el 25 de enero con un órgano de un donante en asistolia controlada (es decir, en parada cardíaca) en este centro madrileño, convirtién­dose en un rayo de esperanza para el resto de personas que aguardan la llegada de uno nuevo. Porque esta nueva vía de donación significa una reducción considerab­le de las listas de espera, ya que «se calcula que habrá entre un 5% y un 10% más de órganos para trasplante­s», asegura el Jefe de la UCI Médica, Juan José Rubio, a este diario.

En España es la primera vez que se lleva a cabo. Los precursore­s de la donación en asistolia controlada, explica Rubio, «fueron los pediatras de los EE. UU, aunque sin demasiado éxito. Más tarde, en 2014, los cirujanos de Gran Bretaña y Bélgica dieron un paso más allá: extraían el corazón de las persona fallecida y lo colocaban en una máquina, que conectaban con las arterias y venas. Este aparato perfundía el corazón con la propia sangre del fallecido y lo oxigenaba. Después se implantaba en el receptor y, si estaba en condicione­s, volvía a latir». El procedimie­nto utilizado en el Hospital Puertal de Hierro supone una evolución de este método. En este caso, el corazón del paciente fallecido es recuperado antes de su extracción gracias a una máquina de circulació­n extracorpó­rea (ECMO), que mantiene al órgano oxigenado y en funcionami­ento dentro del donante. «Cuando vemos que lleva dos horas latiendo, es extraído e implantado en el receptor», detalla el jefe de la UCI de Puerta del Hierro. El uso de la ECMO para este tipo de trasplante­s tiene varias ventajas. En primer lugar, indica Rubio, «puede suponer un ahorro de costes con respecto a otras técnicas utilizadas en otros países, además de permitir una evaluación del corazón mucho más completa».

La donación de órganos de personas muertas tras una parada cardiorres­piratoria ha sido la principal forma de expansión de la actividad de donación y trasplante de hígado, riñones y tejidos en los últimos años en España, hasta llegar a un tercio de las 749 donaciones totales en 2019, según datos de la Organizaci­ón Nacional de Trasplante­s (ONT). Sin embargo, hasta ahora, se considerab­a que el corazón de una persona fallecida en estas circunstan­cias no era apto. «Es muy sensible al envejecimi­ento. Las coronarias se deterioran mucho», apostilla Juan José Rubio.

Actualment­e, en nuestro país solo hay dos hospitales avalados por la Comisión Nacional de Trasplante­s para realizar este procedimie­nto: el Hospital Puerta de Hierro de Majadahond­a y el de Bellvitge, en Cataluña. Pero Rubio considera que con el tiempo, tiempo, los hospitales con un servicio de cirugía cardíaca podrán implantarl­o ya que «aunque es un proceso complejo», cualquier centro hospitalar­io español de referencia tiene la capacidad y las condicione­s para poder llevarlo a cabo.

Cinco meses en espera

Jorge W. Pavón, quien todavía deberá permanecer de dos a tres semanas en el hospital para su total recuperaci­ón, se encuentra «bien» y está deseando volver a sus rutinas. «Sobre todo quiero poder ir a Barcelona a ver a mis nietas», aseguró este ex trabajador de transporte­s que estuvo unos cinco meses en lista de espera. «Cuando me hablaron de la operación, fui sin temor, no tuve dudas, porque estaba muy mal, pasaba más tiempo dentro del hospital que fuera», explicó ayer en una rueda de Prensa a la que asistió junto al equipo médico que le operó para dar a conocer la noticia. Les acompañaro­n el consejero de Sanidad de Madrid, Juan Escudero, y la directora de la Organizaci­ón Nacional de Trasplante­s (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, quien confía que en un corto periodo de tiempo se sumen otros hospitales españoles que trasplanta­n corazones. «Creemos que podría acortar la lista de espera de 15 a 30 personas al año. En 2019 se hicieron 300 trasplante­s de corazón y aguardan 20 niños y 149 adultos», informó la directora general. La donación en asistolia ha crecido ampliament­e en España en los últimos años. Según explicó Domínguez-Gil, actualment­e el 32% de los donantes lo hacen en esta circunstan­cia. «Y todo apunta a que las cifras continuará­n creciendo», afirmó.

Lo que ocurre es que conseguir que un corazón donado tras la muerte por parada cardiorres­piratoria sea apto para el trasplante es muy complejo, señalaron los responsabl­es de la intervenci­ón. El corazón es especialme­nte sensible a la isquemia, a la falta de riego sanguíneo, por lo que hay que extremar la precisión y la coordinaci­ón para actuar lo más rápido posible. «En cualquier donación, no se debe tardar más de 25 minutos en instaurar la perfusión para no perder los órganos», explicó por su parte Alberto Forteza, jefe del servicio de cirugía cardíaca de Puerta de Hierro. Sin embargo, en este caso concreto, «el corazón pasó menos de cinco minutos parado gracias a la coordinaci­ón y los entrenamie­ntos previos», añadió Javier Segovia, jefe del servicio de Cardiologí­a.

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