Los Mossos apuntan con pruebas a los acusados del «crimen de la Urbana»
Los investigadores insisten en que el móvil de la víctima estaba en posesión de Rosa Peral, mientras el fiscal estudia imputar por falso testimonio al padre de la agente procesada
El juicio por el conocido como «crimen de la Guardia Urbana» encara su recta final en lo que se refiere a las sesiones testificales, y luego vendrán las periciales, antes de la declaración, que se prevé clave, de los dos principales acusados, los ex agentes Rosa Peral y Albert López.
Da la sensación de que ambos lo tienen cada vez más difícil. Por ejemplo, el fiscal insistió ayer en que el padre de Peral mintió cuando cuando dijo que al día siguiente de los hechos, el 1 de mayo de 2017, no vio a la víctima, Pedro Rodríguez. De esta manera, el fiscal Félix Martín, estudiará deducir falso testimonio para este testigo, por haber negado que su hija le pidiera mentir y declarar que se «equivocó» cuando dijo que vio a la víctima. No obstante, lo más importante de la sesión de ayer fueron las declaraciones de dos cargos de los Mossos d’Esquadra, que además se encargaron de la investigación del crimen.
Sin aportar grandes novedades sobre el crimen, reiteraron que López compró, diez días antes antes del homicidio, un teléfono móvil de prepago, que únicamente fue utilizado la noche del 1 al de mayo, lo que hizo sospechar a los investigadores.
Además, reiteraron, y se trata de un dato muy importante, que el móvil de Rodríguez fue hallado en el bolso de Peral. Muy significativo, pese a que en esos tiempos ambos vivían juntos en el mismo domicilio.
Los Mossos que declararon se mostraron convencidos de que la muerte de Rodríguez fue urgada por ambos acusados, pese a que ahora, a través de sus abogados, se acusen mutuamente.
Consideraron que todo se fraguó con «confabulación» y «connivencia», pero con errores que fueron detectados por los investigadores, y que son, en parte, los citados. «El –supuesto– plan estaba bien estructurado, con connivencia con errores», señaló un subinspector jefe de unidad criminal de la región metropolitana sur de Mossos, y que era el encargado de supervisar y coordinar las investigaciones.
Pese a que aún no queda claro la manera de la que murió Rodríguez, también ex agente de la Guardia Urbana, todos los indicios apuntan a los acusados. Y la pasada semana hubo uno muy importante, aportado por un testigo, que es agente del cuerpo.
Concretamente, dijo que López le preguntó, mientras patrullaban, sobre la manera de cómo deshacerse de un cuerpo. Puede ser determinante que la respuesta coincidió casi exactamente con el estado en el que fue hallado el cuerpo de la víctima, calcinado y en el maletero de su coche, cerca del pantano de Foix.
Para el mosso testigo, «hubo un plan preparado», «confabulado» y «bien preparado» desde finales de abril entre ambos acusados sobre «cómo y de qué forma» se tenía que llevar a cabo el asesinato de Pedro y solo gracias a los «errores» que cometieron lograron los investigadores «unir las piezas del puzzle».
«Estos errores son los que nos unen más las piezas del puzzle que ya estaba hecho», indicó sobre su declaración, con la que apretó el cerco de Albert López, cuya defensa alega en el juicio que solo ayudó a Rosa Peral a deshacerse del cadáver.