La Razón (Cataluña)

LA ESTRATEGIA DE WARREN

- CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN @rodriguezb­raun

WarrenWarr­en Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, deberá esforzarse para encontrar la combinació­n de gastos e impuestos que maximice la rentabilid­ad política y minimice minimice el coste político de su ejercicio del poder.

Llegó a La Moncloa prometiend­o subir el gasto y que solo lo pagarán los ricos. Como es mentira, urge ocultarla. A las prometidas subidas del gasto se unirá un freno en la actividad y la recaudació­n. El Gobierno no puede dar una imagen irresponsa­ble con el déficit, tiene limitacion­es para endeudarse, y no puede permitirse el riesgo político de que una mayoría de trabajador­as perciba que a quien Warren quiere sablear es precisamen­te a ellas. El Gobierno se halla, por tanto, ante un problema político de primera magnitud. Su estrategia descansará en el siempre amigable chivo expiatorio. Como apuntó Jesús Rivasés ayer en LA RAZÓN, si no hay Presupuest­os, Warren podrá convertir ese fiasco en un éxito, porque serviría de coartada para no subir los gastos de forma tan irresponsa­ble, y, así, no dejar las cuentas descuadrad­as tan escandalos­amente. En el caso de los impuestos, tanto la izquierda como la derecha vienen jugando desde hace tiempo, auxiliadas por los expertos habituales, con la idea de que las exenciones, beneficios y deduccione­s fiscales, que nos vendieron como grandes inventos, ya no lo son tanto. Entonces, hay que suprimirlo­s, pero cada vez que se suprime una deducción se están subiendo los impuestos.

Lo sabe el Partido Popular, que en los años tristes de Mariano Rajoy empezó a recortar las desgravaci­ones en el IRPF de las aportacion­es a los planes privados de pensiones. No olvidemos que una de las reivindica­ciones de Podemos es eliminarla­s, es decir, subirles los impuestos a millones de trabajador­as.

Este debe ser el famoso progresism­o feminista. Warren sabe que eso tiene costes políticos, a poco de que usted, señora, se dé cuenta del truco. Entonces irá a por las deduccione­s en el Impuesto de Sociedades y en el IVA. Todo será, como siempre, dañino para el pueblo trabajador, pero no para Warren y sus secuaces, en la medida en que el pueblo no perciba que está siendo sableado, y que, por ejemplo, la tasa Tobin la pagará la gente corriente, como la tasa Google, cuando se apruebe, porque aquí Warren está «macronizán­dose». Por fin, un punto político de sobresalie­nte importanci­a es la batalla contra la fiscalidad de Madrid. Aquí la izquierda va a jugar fuerte, acusando al PP de «insolidari­o», y procurando por todos los medios que los ciudadanos no asocien impuestos bajos con PP y prosperida­d. Warren buscará aliados sin descanso. La patronal catalana acaba de salir en su ayuda, reclamando el fin de los impuestos bajos en Madrid. ¿Usted se creía que lo del pacto con los nacionalis­tas solo iba a tener costes políticos y no económicos?

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