El mercado de trabajo que empobrece a los niños
Un estudio «la Caixa» advierte de la estrecha relación que hay entre la precariedad laboral y la pobreza infantil
PareceParece evidente que el empleo está estrechamente relacionado con el bienestar y la capacidad económica familiar. Pero el monográfico «Objetivo: Paliar la pobreza infantil», publicado por el Observatorio de «la Caixa», pone ahora en evidencia cómo la precariedad del trabajo es determinante en la pobreza infantil, y no solo en periodos de crisis como la que se sufrió en 2008.
Dicho monográfico consta de un informe principal, firmado por Sara Ayllón, investigadora del Departamento de Economía de la Universidad de Gerona, que desvela que los más vulnerables son los menores en familias en la que ninguno de los progenitores trabaja. Según los cálculos relativos a 2018, la pobreza afectaba a ocho de cada diez niños en esta situación, mientras que una década antes la proporción era de siete de cada diez. Los siguientes en el ránking de vulnerabilidad son los menores en familias monoparentales en las que el progenitor no tiene trabajo: en este caso siete de cada diez son pobres. En tercera posición están los menores que crecen en hogares en las que solo uno de los dos progenitores tiene empleo y, si bien en 2008, el 35,5% de los menores en estas circunstanpobreza cias se encontraban bajo el umbral de la pobreza,una década después el porcentaje aumentó hasta el 48,1%.
Por último, dicho informe apunta también que en el inicio de la gran recesión eran pobres el 71,7% de los menores en familias con baja intensidad laboral, una cifra que se ha ido incrementando hasta alcanzar el 80%.
En definitiva, este estudio pone de evidencia que España tiene actualmente una de las tasas de pobreza infantil más elevadas de Europa: concretamente el 26,6% de los niños se encontraba por debajo del umbral de la pobreza relativa en 2018 y la pobreza anclada era entonces del 29,9%.
El monográfico de «la Caixa» incluye también el informe «Las transferencias a la infancia como método para luchar contra la infantil», elaborado por los investigadores de la Universidad de Málaga Elena Bárcena, María del Carmen Blanco y Salvador Pérez. Los investigadores concluyeron que, en la lucha contra esta lacra, es tres veces más eficaz concentrar las ayudas monetarias en la infancia que canalizarlas hacia toda la población en función de su renta. En este sentido, los autores apuntan que un incremento del 1% en el gasto en transferencias condicionadas a la renta disminuye la probabilidad de que el menor esté en riesgo de pobreza entre el 2 y el 2,3%, mientras que si se incrementa el mismo porcentaje en el gasto dirigido solo a la infancia, esa probabilidad cae entre el 5,7% y el 6%.
Y si España es de los países con una tasa de pobreza infantil de las más elevadas a nivel europeo, en 2016 apenas destinaba el 3,3% del total de transferencias a la infancia, mientras que la media europea se situaba entonces en el 9%.