La automoción necesita ayudas, no excusas ni largas
El discurso contemplativo del Gobierno con la automoción resulta incomprensible. Cómo si no valorar que se desatienda a un sector clave de la economía española, que supone más del 10% del PIB y el 9% del empleo, además de constituir un activo exportador insustituible con ventas del 83% de su producción. Este maltrato es una negligencia dolosa contra miles de familias que viven de estas industrias y por extensión la entera sociedad que necesita que el motor recobre su pujanza para reactivar la actividad. La ministra de Industria, Reyes Maroto, aseguró ayer que el Gobierno trabaja en la elaboración de un plan de ayudas a la compra de vehículos basado en la «neutralidad tecnológica», pero que resultaba inviable mientras no se cuente con unos nuevos Presupuestos. Hasta entonces sólo se podrá disponer del heredado del PP, el MOVES, para vehículos eléctricos. Portazo para la demanda del sector sobre un plan de 400 millones de euros que recupere la demanda y que las ayudas se puedan solicitar para la compra de coches más eficientes, incluidos los diésel y gasolina. Con Nissan Barcelona ya cadáver, víctima de la inacción de las administraciones, la apuesta de futuro no puede ser la resignación ni ese dar largas irresponsable. Que el Gobierno mire a Europa e imite a Alemania y Francia. Solo eso.